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«Mi hija es ahora la persona más feliz que conozco»

Los padres de María han conseguido que su hija transexual de 12 años sea inscrita en el Registro Civil de acuerdo a su identidad de género femenina

Fuensanta Carreres

Viernes, 4 de septiembre 2015, 12:35

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Aún le duelen a Jesús las fiestas de fin de curso a las que su hija asistió, con la desilusión apagándole la mirada, con disfraz masculino; o la carita de decepción que se le quedaba a la pequeña cuando no conseguía que le compraran el vestido del que se había enamorado en la tienda. «Le decíamos: 'espera al instituto. Cuando hagas el cambio ya podrás vestir como una niña'. Los facultativos nos asesoraron mal y hasta los once años no le ayudamos a expresarse como lo que es, una niña». Le duele porque sabe Jesús que la infancia vuela y no se recupera, y que vivirla en el cuerpo equivocado solo puede entristecerla. Y no quiere el padre, hoy miembro de la junta directiva de la Asociación de Familias de Menores Transexuales Chrysallis, que otros niños murcianos vivan una niñez apagada; más aún, después de ver con mucha alegría como su hija es hoy «la persona más feliz que conozco. Aceptada, querida por sus hermanos y amigos, por sus profesores... Todo ha sido sencillo, los temores desaparecen cuando se acepta la realidad».

Los miedos fueron todos alegría en casa de María hace un año, cuando sus padres se cansaron de seguir consejos médicos que no cuadraban con la realidad que en su hogar se caía por su propio peso. «La respuesta de los amigos, de la familia, en el colegio, fue espectacular. Todos nos dijeron que estaban esperando a que nos decidiéramos, que ya era hora; lo tenían clarísimo y lo habían aceptado así hacía mucho tiempo», recuerda con cariño Jesús.

La certeza de que María era una niña fue una evidencia, más que una sospecha, desde que apenas cumplió tres años. Así ocurre en la mayoría de los casos: la disforia de género -afecta a la persona que se identifica a todos los efectos con el sexo opuesto a su sexo biológico, por lo que desean un cuerpo acorde con su identidad y vivir y ser aceptado como una persona del sexo al que sienten pertenecer- suele manifestarse, según los datos de Chrysallis, a edades muy tempranas. María lo tenía claro: jugaba como una niña, quería vestirse con ropa femenina... «es una niña», defiende hoy el orgulloso padre de la adolescente, que en septiembre empezará el instituto en pleno 'transito'. «Utilizamos ese término para referirnos al proceso que inician ya con la pubertad, cuando hay que empezar a tomar decisiones». Una de las opciones, la que sigue María, consiste en bloquear ese desarrollo.

El titubeo inicial y mal asesorado de los padres de María ha mutado con el tiempo en valentía, y hoy cuentan en su haber con logros como el hecho de que su hija sea una de las 21 menores que han logrado ser inscritas en el Registro Civil con su nombre femenino. «Hay que ser valiente y dar visibilidad a la transexualidad. Son niños, menores, y tienen el derecho reconocido por todas las leyes a su identidad y, sobre todo, a una infancia feliz y plena».

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