Borrar
El empresario Juan García Lax charla con 'La Verdad' en su última visita a Murcia, tomando una cerveza en el restaurante Virgen del Mar. Dijo que no concedía entrevistas, hasta ahora, porque no le gusta aparecer ni estar bajo los focos.
«Es de vergüenza lo que está pasando con los jóvenes. Antes se iba la gente que no sabía escribir, y ahora se va la que está formada»

«Es de vergüenza lo que está pasando con los jóvenes. Antes se iba la gente que no sabía escribir, y ahora se va la que está formada»

Empresario

Manuel Buitrago

Lunes, 6 de julio 2015, 13:03

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Su madre le envió al extranjero para que aprendiera francés y alemán, y allí empezó la historia. Esta entrevista es una excepción porque Juan García Lax apenas se deja interrogar y fotografiar. Desde su cuartel general en Colonia, es el mayor importador europeo de frutas y hortalizas. No ofrece cifra alguna sobre su negocio, en el que lleva más de 54 años, porque dice que a nadie le importa. Es el 'number one' moviendo miles de camiones por toda Europa. A sus ochenta años, García Lax tiene un halo mítico y épico -el de los pioneros que salieron a buscar mercados para los productos murcianos- que concita el reconocimiento del sector. No se muerde la lengua. Lo sabe todo sobre logística y muestra sus dudas sobre el Corredor Mediterráneo de mercancías. Compró el hotel Siete Coronas de Murcia, al que quiere devolver su esplendor. Tiene un pie en Alemania y otro en Murcia, donde viene con frecuencia para atender sus negocios y perderse navegando en su velero.

-¿Cómo se llega desde Cabezo de Torres a dominar el mercado de frutas y verduras desde Colonia?

-Todo parte de la empresa familiar, que cumplirá 75 años, y que empezó con tres hijos de Domingo García Aranda. Como estuvimos ligados a la exportación, para nosotros era fácil salir al extranjero. Mi madre, que tenía una gran visión, siempre se ocupó de enviarnos fuera a aprender idiomas. En aquella época estaba de moda el francés y como a mí gustaba salir, de maravilla. Como hijo de rico, que no lo era, me enviaron a un internado de esos de alto 'standing'.

-¿No era hijo de ricos?

-Eso de ricos era muy relativo. Se tenía un negocio, funcionaba y vivías. Quiero decir que me llevaron a un internado seis meses a aprender un idioma, lo cual era un lujo increíble. Tenía 15 o 17 años y yo no me daba cuenta. Aprendí francés en Suiza y después fui al Goethe Institut para estudiar alemán mientras hacía Derecho. Con ambos idiomas me marché a Alemania a vender los productos de mi casa. Lo que hacían otros, lo hicimos nosotros. Antes estábamos más espabilados que ahora.

-¿Estaba todo por descubrir?

-Lo estaba; aunque en aquellos años ya había gente de Abarán y de Valencia. Los exportadores enviaban a sus hijos a vender sus productos, como fue mi caso. Estoy asentado en Colonia desde hace 54 años.

-Se le considera el gran hombre de la logística de frutas y verduras españolas.

-Mi negocio es la venta de frutas y verduras, y para eso hay que tener una logística que funcione. No solo vendemos a Alemania, sino a todo el mercado único. Y no es necesario que diga a quién le vendemos porque no hace falta. ¿Cómo funcionó eso? Muy fácil. Cuando yo llegué no había cadenas de alimentación como hoy en día. Existían cuatro cadenas de 80 o 100 tiendas a las que vendía mis productos. Una de ellas me preguntó por qué no le vendía tomates. Yo no tenía y me pidió que los buscara. Me encontré con José Hernández, Pepe el Paloma, que se convirtió en el primer exportador que tuve para vender otra clase de género. Todo estaba por descubrir. Había mucha gente que apostaba por el negocio tradicional de los mercados y yo me di cuenta de que aquello no era el futuro.

-¿Cuánta mercancía mueve ahora, al cabo del año?

-Mucha, pero no se lo voy a decir...

-¿Es el que más frutas y verduras comercializa en España?

-Claro, con diferencia. Empezamos en Huelva y recorremos toda la franja hasta Tarragona y Lérida. Movemos una parte importante.

-¿Cómo ha cambiado la logística del transporte? ¿Cuál es el modelo del futuro?

-Antes funcionaban los vagones de Transfersa. Apenas había camiones, y los que circulaban eran de toldo. Era una logística basada en barcos y trenes, con el añadido de que había que cambiar de ancho de vía en la frontera. Había una entrada en el sur y otra en el centro de Alemania. Aquello funcionó equis años porque los productos más perecederos necesitaban mayor velocidad. Transfersa dejó de ser rentable y el camión empezó a dar un servicio cada vez mejor. Se fue imponiendo poco a poco. Tiene la ventaja de que lo cargas cuando quieres y llega al destino en uno o dos días. Si el cliente tiene mucha prisa metes a dos chóferes.

-Llegaron las autovías...

-En aquellos tiempos ni siquiera había autovías. Desde Murcia a la frontera no existían. Y de Alemania hacia adelante tampoco. En aquella época veníamos a casa en coche y lo pasábamos muy bien, ¿eh?

-¿Qué piensa del Corredor Mediterráneo de mercancías?

-De entrada, le tendría mucho miedo. Sería fenomenal si funcionara. Pero, para eso, ¿sabe cuánta gente se tiene que implicar en el proyecto? Tienen que meterse los alemanes, franceses e italianos. Ahí es donde veo la dificultad. Además, hará falta una gran infraestructura.

-¿Meterse los demás para hacerlo rentable? ¿Para meter tráfico?

-Primero para que sea atractivo. Es muy complicado. Tengo unos estudios sobre lo que se podría hacer. Si funcionara, la idea es fenomenal, pero hay muchos obstáculos.

-¿Influyen los intereses comerciales de otro países y del sector de transporte por carretera?

-No. Si ven negocio y si observan que es un proyecto factible tiran para adelante. Tiene que haber una infraestructura para que los contenedores y remolques frigoríficos metidos en vagones sean trasladados por camiones en los puntos de origen y destino ¿Quién va a realizar esas grandes inversiones? Al final tiene que ir un camión a la terminal y recoger la carga. Si se llegara a hacer sería maravilloso, pero lo veo muy conflictivo. Yo muevo un montón de camiones. No quiero decir la cifra... Si estamos pensando en el Corredor Mediterráneo, en cada país tendrían que construirse terminales de carga y descarga. Además, los trenes tendrían que ser más rápidos que los camiones. ¿Es factible?

-¿Un camión sale rentable? ¿Todo el mundo gana?

-Trabajo con una empresa de transportes frigoríficos de Murcia, que es la mayor de España, Primafrío. Hay un periodo muy bueno a finales de noviembre y diciembre, cuando la demanda es muy grande. En esa época, un camión de Murcia a Colonia cuesta 4.500 euros. Cuando la demanda decrece, el flete va de 2.800 a 3.000 euros.

-¿Conoce el proyecto del puerto de El Gorguel? ¿Sería competitivo el transporte por barco?

-Para las frutas y verduras en fresco, eso es muy lento.

-¿Funcionaría una terminal de carga en el aeropuerto de Corvera?

-Depende del tipo de producto, del precio y del destino. Primero hay que comprobar qué mercancías permiten pagar esos fletes. Israel lo ha hecho hasta Frankfurt, pero con género muy caro. Ese no es el asunto.

-¿Tiene futuro el sector hortofrutícola regional? ¿O va apagándose por competencia de Marruecos?

-Por supuesto. Lo he vivido desde el primer día. Al principio exportábamos cítricos, cuatro melones y unos cuantos tomates, que se terminaban en diciembre porque había que proteger los tomates canarios. Con el paso de los años se ha producido un aumento fenomenal en cantidad y variedad, con el añadido de las frutas de hueso. España se ha puesto por delante de Italia, que sigue siendo un gran exportador de fruta de hueso. No sé si la gente se ha dado cuenta, pero la agricultura ha pegado aquí un gran salto. Es un sector con futuro cien por cien.

-¿Pese a Marruecos?

-Si lo dice por el tomate, hoy hay más de veinte variedades, a diferencia de antaño, cuando solo estaba el tomate canario. Marruecos lo está sintiendo. Ya no sirve aquello de venga, pum y para dentro del mercado. Por ejemplo ahora se hacen ramilletes de tomates, en vez de sueltos. En Marruecos no pueden hacerlo porque cuando llega al destino están secos. No llegan con la frescura necesaria porque necesitan dos o tres días más que nosotros para transportarlo.

-¿Qué opina del 'handicap' del agua? ¿A usted le da igual porque negocia en otras regiones?

-Cada zona tienen sus especialidades. Murcia fue la zona más importante de España en producción de tomate, con más de 50 empresas. Pero ahora solo se han quedado el Paloma y otro. Si quitaran aquí el agua, esto se hunde. Antes de que llegaran los caudales del Tajo, el Campo de Cartagena estaba desierto. Solo había cereal y melones que cultivaban con agua salada de pozo. Ahora está todo plantado y cultivado; y si te vas a Lorca, Mazarrón y Águilas se puede comprobar la riqueza y el empleo que genera.

-¿Cómo reaccionó cuando se produjo en Alemania la alerta alimentaria con la 'crisis del pepino'?

-Fue una metedura de pata. Se paralizó todo. No podías vender. Fue un tanto que quiso marcarse la ministra de Sanidad. Los controles funcionan a la perfección, y los inspectores toman muestras en todas las cadenas y mercados centrales.

-¿Cómo ha vivido el veto ruso?

-El efecto no puede medirse solo por la cantidad afectada, que siempre es importante. A mí personalmente no me afecta. Lo que ocurre es que el producto que iba a Rusia se queda en los mercados tradicionales y aprietan los precios.

-¿Cómo fluctúan los precios en este mundo?

-Como se suele decir, el cliente siempre tiene razón. Si te dice: ponme aquí una flor, pues se la pongo. Unas veces te la pagará y otras no, pero en conjunto salen las cuentas. El cliente busca siempre una mercancía buena a un precio razonable. Lo que pasa a menudo es que aquí plantan cualquier cosa, y si necesitas 100 luego se producen 130. ¿Qué pasa? Pues a tomar por saco el precio. Ocurre con las frutas y verduras, los coches, los televisores, todo...

-¿Son las grandes cadenas las que mandan en el mercado?

-Cien por cien. Pero hay cadenas que trabajan de una manera y otras de otra. Yo he tenido la suerte de contar con una que nos ayuda cuando se produce una oferta masiva. Las demás funcionan de otra manera.

-¿Existe una tiranía de las cadenas con los precios? Se dice que hay problemas con el agua, pero también con los precios.

-Quieren un producto bueno y con un precio razonable. Siempre procuro meterme en la cabeza de ellos. Para saber qué piensan y lo que necesitan. No puedes ir con el mensaje de que hay o no hay agua para plantar. A ellos no les interesa nada de eso. Un día aprendí que pensar mucho te hace tonto. En nuestro caso, hay gente muy buena. Cuando se produce una oferta mayor de lo normal los precios se van al traste y nosotros informamos de que existe esa presión. Y en vez de 400 van 200 camiones, por ejemplo.

-¿En su negocio está todo milimetrado? ¿Sabe lo que va a vender el año que viene?

-Funciona como un reloj. Obviamente, si hay una ola de calor en Alemania se venderán más melones; y a la inversa. Yo sé que si este año hemos hecho 100, el que viene haremos 110. No hay dientes de sierra porque son muy fieles. Me acuerdo de un empleado muy bueno que tuve hace años, que me vino un día en plena campaña para anunciarme que habíamos hecho 10.000 camiones. El tío estaba más feliz que nada. Jamás se me olvidará. Como se puede imaginar, detrás de todo esto hay un papeleo de mil diablos.

-¿Cómo se ve desde Colonia la lacra del paro en España, con tantos jóvenes que se marchan fuera?

-Desgraciadamente hay bastantes. Antiguamente se iba la gente que no sabía escribir, y ahora se va la gente que está formada. Recuerdo que España salía bastante (en los medios de comunicación alemanes) en la época de Aznar, cuando se codeaba con Bush y otros mandatarios. Después de aquello, si se habla de España es por las vacaciones, salvo alguna cosa rara. Personalmente creo que es una vergüenza que le esté pasando eso a los jóvenes. ¿Quién es el culpable? Hay que saberlo. Los políticos. Siempre he dicho que Zapatero no estuvo a la altura. No entiendo cómo sigue apareciendo por ahí. Tiene una responsabilidad muy grande del lío que tenemos hoy. No es solo por el dinero que tiró como si fuera Papá Noel. ¿Cómo se le ocurre a un presidente de España decirle a los catalanes: hacer lo que tengáis que hacer? Le tengo miedo a Pedro Sánchez porque lleva el mismo camino. Vamos a ver qué pasa. Zapatero empezó a regalar perras de aquí para allá y dejó a España sin un céntimo.

-¿Tiene negocios inmobiliarios?

-Locales comerciales y fincas para la explotación agrícola.

-¿Y hostelería?

-¿Se refiere al hotel Siete Coronas? Tenía como alternativa convertirlo en el mejor hotel de Murcia, o no comprarlo. Cuando esté terminado, va a ser una maravilla. No quiero lujos, sino que sea el hotel emblemático que fue antes. La situación es preciosa y va a salir negocio. Como murciano me siento satisfecho y a gusto de hacer una cosa como ésta. Estará terminado en septiembre.

-¿Considera viable el nuevo aeropuerto de Corvera?

-Le pregunté al consejero de Turismo: '¿Sabes lo que están haciendo?' Me contestó que sí. ¿Tenéis a la gente que vendrá en aviones? Me dijo que no. Me comentó que el aeropuerto iba a proporcionar trabajo a mucha gente, pero yo le señalé que el de Alicante está a media hora desde Murcia y dispone de muchos enlaces. Ante eso, ¿crees que voy a venir aquí?

-¿Aconsejaría a los jóvenes que se dediquen a la agricultura?

-A mí me gusta mucho. Quisiera ser agricultor. Lo que pasa es que, como en todo, lo que has plantado hoy a lo mejor no te vale mañana y tienes que ir renovando.

-¿Tiene futuro la agricultura ecológica?

-Hay demanda. Hacemos mucho ecológico, aunque no vale para nada porque todos los demás productos han bajado mucho la masa de la materia activa. La han bajado tanto que están casi nivelados.

-¿Cómo se va a salir de la crisis? ¿Cómo ve la situación en España?

-Estamos saliendo. Primero habría que pagar todo lo que se gastó que no se tenía. La pagarás tú, yo y el que venga. España es un país fenomenal, pero lo que pasa es que la justicia tiene que funcionar de verdad. Y el tío que la haga, no solo hay meterlo en la cárcel sino que tiene que devolver el dinero. ¿Por qué no lo devuelve? España tiene posibilidades de ser una gran nación porque cuenta con medios y gente competente, pero hay que quitar a todos los corruptos del mundo. Salvo excepciones, con los políticos que tenemos no vamos a ningún lado. En Alemania se hacen coaliciones de gobierno entre los socialistas y los demócrata cristianos para evitar a los ultras y demás. ¿Por qué no se hace aquí?

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios