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«Es un problema grave también para la salud de los ciudadanos»

Patricia García-Escudero Directora general de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM). «Medicamentos, filtros de las centrales nucleares, espoletas de pistolas... La lista de falsificaciones es interminable»

Alicia Negre

Lunes, 6 de julio 2015, 12:32

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La directora general de la Oficina Española de Patentes y Marcas (OEPM), Patricia García-Escudero, afirma que en los últimos años se ha realizado una ardua labor en la lucha contra el negocio de las falsificaciones. Advierte, sin embargo, de que aún queda mucho por hacer.

-En el último año se observa un descenso tanto de los objetos falsificados incautados como de los detenidos. ¿A qué achaca esta mejoría?

-En primer lugar, hay que felicitar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y a la Agencia Tributaria por su labor y resaltar la importancia del esfuerzo coordinado y la colaboración entre las entidades públicas y privadas para luchar contra este fenómeno. A pesar del descenso hay que tener en cuenta que la mercancía falsa intervenida en 2014 habría alcanzado en el mercado un valor superior a 300 millones de euros. El problema de las falsificaciones es grave y creciente, no sólo para la economía, sino también para la salud y la seguridad de los ciudadanos. Es un problema global y la metodología para introducir y producir falsificaciones es cambiante. Con la venta a través de internet se deslocaliza el modelo tradicional. Hay que seguir concienciando al consumidor de la importancia y de las graves consecuencias de este fenómeno para poder mejorar en este ámbito.

-¿Qué productos son los más falsificados?

-Los productos textiles, los juguetes, la marroquinería, los componentes electrónicos y el calzado son los sectores más perjudicados por las falsificaciones en España, de acuerdo con los datos de 2014. Sin embargo, el problema se está extendiendo de manera creciente a otros sectores. Los medicamentos se falsifican, los filtros de centrales nucleares y las espoletas de pistolas se falsifican, las bebidas se venden alteradas, las piezas de los automóviles y las piezas de aviones se falsifican con el consiguiente riesgo para la seguridad... La lista es interminable y afecta cada vez a un abanico más amplio de productos.

-¿En qué ámbitos se venden más productos falsificados?

-El sitio más frecuente son los mercadillos. Casi dos de cada tres personas que compran falsificaciones reconocen hacerlo allí. Un segundo lugar es el 'top manta' y finalmente aparecen los comercios e internet. A nivel global, se detecta un incremento de la venta de productos falsificados por internet, sobre todo de medicamentos, con el grave riesgo que esto supone para la salud.

-¿Dónde se suelen fabricar estos productos falsificados? ¿Cómo llegan a España?

-La mayoría de los productos falsificados proceden de Asia. De los productos incautados en 2014, dos de cada tres procedían del continente asiático, el 20% aproximadamente de África y el resto tiene un origen desconocido. De todos los productos incautados por la Agencia Tributaria, más de la mitad se aprehendieron en los puertos, un 44% en el interior del territorio nacional y algo más del 4% en los aeropuertos.

-¿Cree que la sociedad es consciente de los perjuicios derivados de la comercialización de productos falsificados?

-El grado de acuerdo de los consumidores con las consecuencias negativas de las falsificaciones es muy alto. Casi el 90% están de acuerdo con que reducen la recaudación de las Administraciones públicas y el porcentaje desciende gradualmente en este orden: generan problemas para las pymes, reducen la innovación y destruye el empleo, atentan contra la salud y están relacionadas con el crimen organizado. Sin embargo hay que seguir concienciando al consumidor, que es el último eslabón de la cadena, acerca de las graves consecuencias que suponen: paro, reducción de la innovación, peligro para la salud y seguridad, daños medioambientales... Por eso la OEPM acaba de lanzar una campaña con el título 'Ante las falsificaciones, no seas cómplice', para hacer un llamamiento a la responsabilidad del consumidor, pues es el elemento clave para erradicar este problema.

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