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Daniel Ramón Vidal.
«Siempre que hay buena ciencia se encuentra aplicación»

«Siempre que hay buena ciencia se encuentra aplicación»

científico y creador de la empresa Biópolis

Fuensanta Carreres

Lunes, 4 de mayo 2015, 00:59

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Tecnólogo de los alimentos y creador y director científico de Biópolis, Daniel Ramón Vidal ha dado con las claves para trasladar y vender con éxito el conocimiento científico en el mercado. Hoy las contará a los asistentes al Workshop Fundación Séneca sobre emprendimiento desde la ciencia, organizado por la Consejería de Industria.

  • 'Emprender desde la ciencia un reto para el crecimiento inteligente'.

  • El segundo 'Workshop Fundación Séneca' se celebra hoy en el Ceeim, en el Campus de Espinardo.

  • La ponencia de Daniel Ramón Vidal

  • comienza a las 9.30 horas. A las 9.15, el consejero de Industria, Turismo, Empresa e Innovación, Juan Carlos Ruiz, inaugurará las jornadas.

-Biópolis nació en el laboratorio y se mueve con solvencia en el mundo empresarial. ¿Cómo ha sido ese trayecto desde las ideas científicas al mercado?

-La empresa nació como una 'spin off' del Consejo Superior de Investigaciones Científicas hace doce años. Comenzamos tres personas en cuarenta metros cuadrados, y ahora somos 49 trabajadores en un edificio de 1.500 metros cuadrados, con más de 60 clientes.

-¿Cómo pilotaron el tránsito?

-Es complicado, muy complicado, pero nuestros socios -varias empresas y el CSIC- tenían muy claro que teníamos que centrar el esfuerzo en buscar clientes. Cuando estás en el laboratorio no lo ves tan evidente, pero si pasas al mercado privado es fundamental. Es la clave de que hayamos sobrevivido estos doce años y nos vaya razonablemente bien. Es importante tener una cartera de clientes, y en eso hemos puesto el esfuerzo.

-En Biópolis, el centro de investigación y el de producción se encuentran en el mismo lugar. ¿Qué aporta esa sinergia?

-Estamos en un edificio del Parque Científico de la Universidad de Valencia. Ese es otro punto clave, no hemos querido abandonar el entorno porque esa interacción con la gente que hace ciencia la necesitamos desesperadamente.

-Es uno de los objetivos de la estrategia europea 2020, que seamos capaces de aprovechar el conocimiento científico para crear empresas y competir con valor añadido...

-España es una potencia mundial en ciencia, somos el décimo país en producción científica. Tenemos unos científicos excelentes en lo público. Lo que no tenemos es la altura de miras en la clase política para haber definido que la investigación es una cuestión de Estado.

-Al contrario, en los últimos años los recortes han castigado a la investigación...

-Lo que ha sucedido en los últimos seis años con la ciencia en nuestro país ha sido tremendo.

-¿Cuesta cambiar el 'chip' de investigador a empresario?

-Cuesta pero no es imposible. En el momento en que un investigador ve que sus proyectos son interesantes y que al final hay un producto tangible, eso es algo que te toca. Tan importante es una buena investigación como que se ponga un producto en el mercado. Siempre que haya buena ciencia, se encuentran aplicaciones.

-Biópolis nació de un grupo de investigación del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos de Valencia. ¿Cree que el futuro de regiones como Valencia o Murcia pasa por mirar al futuro, pero desde la tierra?

-Claro, hay que tomar decisiones estratégicas y apostar por determinadas áreas de investigación. Murcia y Valencia son zonas con una importancia agroalimentaria tremenda, y debería ser una apuesta decidida. Otro país similar es Holanda, y allí la apuesta por la investigación en agroalimentación desde arriba es tremenda. La consecuencia es que son líderes en el mundo. España tiene todo para poderlo ser también. En Murcia hay un centro excelente, el CEBAS, y en la UMU y la UPCT investigadores de prestigio internacional.

-Investigan por encargo, a medida de los pedidos de las empresas...

-Nosotros tenemos tres líneas de negocio. La primera son los proyectos de I+D a la carta para nuestros clientes, demanda pura y dura. Los hacemos en extrema confidencialidad y con una mínima burocracia. Muchos de esos proyectos rinden un microorganismo que hay que producir, una bacteria o una levadura, y tenemos una planta de producción de microorganismos. La tercera línea de negocio es nuestra I+D interna, donde desarrollamos proyectos que licenciamos, pero viene muy marcada por la primera, para atender a lo que te demanda al mercado.

-Producen millones de bacterias y mircoorganismos, además de un gusano, 'Elegans'. ¿Con qué objetivo?

-Producimos probióticos, que son microorganismos que se pueden adicionar en los alimentos o tomar como suplemento nutricional y tienen un efecto positivo sobre la salud del que lo consume. El año pasado produjimos billlones y billones. El gusano mide un milímetro, pero a pesar de que solo tiene 1.020 células tiene el 60% de su genoma conservado con respecto a los humanos. Eso permite que hayamos desarrollado en él modelos que imitan la obesidad humana, la diabetes, el Alzheimer... Con ese modelo, muy sencillo, evaluamos centenares de ingredientes, para ver cuál funciona mejor.

-Otra línea de investigación se centra en la utilización de microorganismos para revalorizar residuos. ¿En qué consiste?

-Tenemos una colección de microorganismos que crecen sobre cualquier tipo de residuo, sobre todo agroalimentarios, como restos grasos de matadero, suelo lácteo, aceites de frituras... Los microorganismos que crecen sobre esos residuos producen algo que tiene mucho valor: plásticos biodegradables, etanol, glicerol...

-Los consumidores demandan cada vez más alimentos funcionales. ¿Cuánto hay de verdad y de medias verdades?

-Un alimento no cura, solo previene. En una parte importante de nuestra vida, con una dieta adecuada y hábitos saludables no necesitamos ningún alimento funcional. Pero hay dos instantes críticos en los hombres y tres en las mujeres en los que se necesita algo más: los primeros meses de vida y a partir de los sesenta; y en las mujeres, desde la etapa fértil hasta la menopausia.

-Es defensor de los transgénicos...

-Defiendo su uso en el marco de un desarrollo sostenible y sometido a todos los controles, que son rigurosísimos. Creo que son una herramienta importante de futuro y de presente para aumentar la productividad sin impacto ambiental y aportan algunas mejores nutricionales. En el debate transgénico hay mucho de debate ideológico y poco de debate científico.

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