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Mustaphá, en el centro de Murcia en el que reside.
«Cuando estás allí, rodeado de agua, piensas que vas a morir»

«Cuando estás allí, rodeado de agua, piensas que vas a morir»

Mustaphá rememora su viaje en patera desde la costa marroquí; pagó 1.000 euros por uno de los 35 pasajes de la barca

Alicia Negre

Domingo, 26 de abril 2015, 02:24

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Aún recuerda con detalle lo que sintió a lo largo del viaje en patera que le trajo a España. «Cuando estás en mitad del agua piensas que vas a morir». Mustaphá nació hace 39 años en una localidad del norte de Marruecos donde el sueño de saltar el Estrecho es recurrente entre los más jóvenes. «Todo el mundo quiere venir», remarca. «Allí no hay futuro». Con 25 años, decidió que había llegado su momento y, tras pagar 1.000 euros, Mustaphá abandonó su país una noche de luna clara y mar en calma. Viajaba en una barcaza de apenas nueve metros con otros 34 compatriotas. Un viaje que, reconoce, nunca debería haber emprendido. «Creí que encontraría otra cosa aquí», sostiene. «Siempre le digo a la gente en Marruecos que mejor no venir».

«Esperamos una semana»

Mustaphá se embarcó en una patera en el verano del 2000, en pleno agosto. Partió de la playa de Ferdiwa en un viaje que, asegura, duró unas tres horas y media. «Esperamos allí casi una semana», recuerda. Este marroquí contactó con los organizadores del viaje a través de otros compatriotas que ya habían dado el salto a España y regresaban a su país con historias de prosperidad y esperanza.

Tras atravesar el Estrecho, su patera llegó de madrugada a la costa de Cádiz. «Encontramos como un muro de piedra», rememora. Uno a uno, Mustaphá y sus acompañantes en la barca fueron descendiendo a una amplia roca y, a través de una cadena, escalaron el acantilado. Durante días vagaron por la zona buscando un núcleo de población donde refugiarse. «Andábamos por la noche y nos escondíamos por el día», explica.

Poco después, Mustaphá se estableció en Murcia y al año logró regularizar su situación y conseguir sus papeles. Al principio estuvo cinco años sin regresar a su Marruecos natal, donde vive su familia. Ahora trata de ir cada año. Durante este tiempo se ha ganado la vida como peón de albañil o en el campo, donde, lamenta, ha sufrido muchos abusos. La crisis económica le golpeó con fuerza y a día de hoy Mustaphá vive en el centro que la Fundación Rais tiene en Murcia.

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