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J. G. BADÍA / R. FERNÁNDEZ
Sábado, 25 de abril 2015, 02:39
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Llegó a la Ciudad de la Justicia provisto de una botella de agua de litro y medio. El exconsejero de Educación, Juan Ramón Medina Precioso, era conocedor de que iba a gastar mucha saliva durante su comparecencia, ayer, como imputado por supuestas irregularidades en la adjudicación de unas obras en el IES Ingeniero de la Cierva de Patiño, que fueron otorgadas en 2005 a Trimtor SA. Esta empresa era propiedad del entonces presidente de la Confederación Regional de Organizaciones Empresariales (Croem), Miguel del Toro.
El presupuesto superaba el millón de euros y a pesar de que el concurso público se convocó por la modalidad de subasta, en la que prima el precio, y de que en primer lugar quedó la propuesta de Pedro Méndez, finalmente el consejero adjudicó los trabajos a la firma de Miguel del Toro (Trimtor).
Tras más de dos horas de comparecencia, a su salida del Juzgado de Instrucción número 8, Medina Precioso aseguró que la decisión la adoptó porque, «a pesar de que la Mesa de Contratación propuso dársela a Pedro Méndez, hacía la advertencia de que si no se le daba a esa compañía por estar incursa en baja temeraria, pues que entonces se le diese a la primera empresa no incursa en baja temeraria, que era Trimtor».
Ante el juez había admitido además que el arquitecto de la Consejería también se había mostrado favorable a darle la obra a Pedro Méndez, pues consideraba que por el precio ofertado la podía realizar. «Está fuera de dudas que el informe era favorable», reconoció Medina Precioso, quien sin embargo alegó que la consideración del técnico se expresaba «en apenas tres líneas» y que además no era vinculante.
Del mismo modo, subrayó que la mesa «daba preferencia a Pedro Méndez, pero señalaba en segundo lugar a Trimtor, lo cual no es usual». El exconsejero confirmó que la decisión final de adjudicar los trabajos a la firma de Miguel del Toro la adoptó él personalmente para «prevenir la posible paralización de las obras, porque en una empresa incursa en baja temeraria siempre existe ese riesgo».
«Nadie puso reparos»
Además, insistió en que cualquiera de las dos opciones era conforme a ley y recordó que «se le dio pie de recurso a Pedro Méndez y no recurrió. Entendió que la decisión era legal. Los órganos internos de la Comunidad tampoco hicieron ningún reparo de legalidad».
Los letrados de las distintas partes del proceso, entre ellos el denunciante Diego de Ramón, se mostraron muy interesados además en conocer las circunstancias de la adjudicación 'a dedo' a Trimtor de una segunda obra: la instalación de cableado de red informática y cuadros eléctricos en el IES Ingeniero de la Cierva, por las que se pagaron 108.206 euros. El exconsejero reconoció que esa obra se contrató verbalmente: «Si es que no hay contrato, no hay expediente administrativo...», admitió.
Pero aseguró que no supo nada de este encargo ni de quién lo hizo, porque de marzo a septiembre de 2007 estuvo enfermo y tuvo que ser operado. «Si hubiera tenido conocimiento, habría hecho que la obra se llevara a cabo con el correspondiente expediente de contratación», aseguró.
La primera noticia sobre el cableado, manifestó, le llegó a principios de 2008, cuando conoció la existencia de una reclamación de pago por parte de Trimtor. «Dije que no se pagase la factura hasta que se aclarase el tema y los técnicos de la Consejería verificasen que la obra se había hecho».
Añadió que la factura se abonó cuando él ya había dejado de ser consejero y que se hizo por orden del Consejo de Gobierno de la Comunidad.
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