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Imagen del autobús volcado, en la que se aprecia que los mayores daños están en el lado derecho (inferior de la fotografia).
La aseguradora ya ha desembolsado más de dos millones por indemnizaciones a víctimas

La aseguradora ya ha desembolsado más de dos millones por indemnizaciones a víctimas

La cantidad consignada más elevada corresponde a una viajera que sufrió lesiones muy graves y a la que Patria Hispana ya ha entregado 219.000 euros

Ricardo Fernández

Miércoles, 29 de abril 2015, 11:09

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Del accidente de autobús ocurrido a última hora de la noche del 9 de noviembre en la Venta del Olivo, en término de Cieza, en el que fallecieron catorce pasajeros y resultaron heridos los otros 43 viajeros, ya se sabe casi todo. Prácticamente solo falta un dato relevante para que las diligencias sobre este accidente, uno de los más graves sufridos por la Región en las últimas décadas, queden prácticamente concluidas: la causa o causas de la salida de la vía y posterior caída por un desnivel de gran altura. ¿Se trató de un despiste del conductor, de forma que cuando quiso frenar ya era demasiado tarde? ¿Fue culpa de un fallo mecánico, que impidió que el sistema de frenada actuara de manera eficaz? ¿Quizás se debió a una concatenación de factores? Los informes técnicos que están elaborando la Universidad Politécnica de Madrid y la Guardia Civil permitirán previsiblemente responder a esas cuestiones sin género de dudas, pero mientras tanto la investigación sigue avanzando a buen ritmo en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Cieza.

A las diligencias ya se han incorporado documentos que prueban que la compañía aseguradora del autobús siniestrado, Patria Hispana, ya ha consignado más de dos millones de euros (unos 350 millones de pesetas) para cubrir parte de las indemnizaciones que corresponderán a los familiares de las 14 víctimas mortales y a los 43 lesionados. En concreto, según ha sabido 'La Verdad' de fuentes conocedoras de la investigación, la compañía aseguradora ha depositado en torno a 115.000 euros por cada uno de los fallecidos, lo que suma una cantidad total de 1,6 millones de euros.

La cuantía no es caprichosa ni se ha fijado al azar, según explican las mismas fuentes, pues ésa es la indemnización tipo contemplada en los baremos oficiales por muertes en accidente de tráfico.

Por lo que se refiere a los 43 heridos, la cantidad total consignada asciende a unos 520.000 euros. Aunque la cuantía media se sitúa en torno a los 12.000 euros, ese dato es totalmente engañoso, ya que en realidad van desde unos pocos miles de euros a los 219.000 depositados para cubrir -siquiera sea parcialmente- la indemnización que pueda corresponderle a la viajera que sufrió las lesiones más graves. Aunque no se han facilitado datos concretos acerca de la identidad de esta mujer ni del tipo de daños físicos que sufrió, todo apunta a que se trata de una de las viajeras que estuvo en la UCI y que estaría afectada por daños neuronales.

Con la consignación de esas cantidades, la aseguradora adelanta parte de las indemnizaciones que puedan corresponder a todos los afectados o a sus familias, independientemente de que ya se haya alcanzado algún tipo de acuerdo con algunos de ellos o que la cuantía acabe siendo determinada, finalmente, mediante un proceso judicial.

La muerte llegó por la derecha

Entre la documentación aportada al juzgado por los especialistas de la Guardia Civil de Tráfico destaca un informe de especial valor informativo, ya que permite reconstruir con todo detalle el asiento concreto que ocupaban todos y cada uno de los pasajeros, a lo que hay que añadir otros datos relevantes, como la posición en la que iba cada una de las víctimas mortales. Incluso aclara, en buena parte de los casos, si los viajeros llevaban puesto o no el cinturón de seguridad.

La primera conclusión a la que permite llegar este documento es que la gran mayoría de los fallecidos iban en el lado derecho del autobús siniestrado, a los que se suman los de la última fila. Así, de las catorce víctimas mortales, ocho viajaban en los asientos de la derecha del vehículo, tres en la última fila de cinco asientos y uno en la penúltima, mientras solo dos ocupaban la doble fila de asientos de la izquierda.

También es reseñable que en la fila delantera, en la que iban cuatro pasajeros, se produjeron dos muertes. Tanto en estos dos casos, como en los de la mayor parte de las víctimas mortales, existen dudas acerca de si llevaban puesto o no el cinturón de seguridad. Solo se ha constatado que cinco de ellas estaban utilizando ese dispositivo de seguridad, mientras que en el resto de los casos se ha comprobado que no era así o, al menos, está en entredicho. Incluso en uno de los asientos donde viajaba uno de los pasajeros que perdieron la vida, la Guardia Civil ha constatado que el cinturón de seguridad simplemente no existe.

Las conclusiones que se obtienen del gráfico elaborado por los especialistas de la Benemérita coinciden plenamente con otros datos existentes sobre la forma en que se produjo el siniestro. Sobre todo lo que se refiere a las posiciones en las que viajaban los fallecidos y los heridos más graves, pues el autobús sufrió los mayores desperfectos en su lado derecho -que se llevó el primer golpe contra el fondo del barranco y, lógicamente, también el más fuerte- y en su parte trasera. En ambas zonas el techo quedó completamente aplastado, a pesar de contar el autobús con una barra antivuelco que refuerza la estructura.

En correspondencia con ese dato, los informes de autopsia, ya incorporados a las diligencias judiciales, dejan constancia de que la mayor parte de las víctimas mortales sufrieron lesiones muy severas en la cabeza y múltiples traumatismos por aplastamiento.

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