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Una incuestionable capacidad de presión

Javier Pérez Parra

Lunes, 30 de marzo 2015, 07:44

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El Sindicato Médico (CESM) ha demostrado reiteradamente su capacidad para torcer la voluntad del Ejecutivo, convirtiendo en papel mojado los ajustes previstos en los sucesivos planes de reequilibrio. Las apelaciones directas del presidente de CESM, Francisco Miralles, al expresidente de la Comunidad, Ramón Luis Valcárcel, permitieron enterrar el recorte al precio de las guardias, la jornada a turnos en los hospitales y la reducción de horario -y con ello de sueldo- a los médicos eventuales.

Los facultativos han sufrido ajustes estos años, como el resto de empleados públicos, pero han conseguido frenar la inmensa mayoría de medidas que específicamente les afectaban como colectivo.

Frente a algunos de esos ajustes, CESM ha amagado con huelgas, pero no ha tenido necesidad de exponerse al posible desgaste de una medida de fuerza de ese tipo. Lo que sí se han producido han sido paros encubiertos en los hospitales, aunque CESM siempre ha negado su vinculación con medidas de este tipo. En junio de 2013, una 'huelga de celo', con retraso en la concesión de altas, colapsó el Santa Lucía y se dejó sentir en el Morales Meseguer y el Reina Sofía. Los médicos lograron que el Gobierno no aplicase el recorte previsto en el precio de las guardias, el más alto de todas las comunidades autónomas. Ahora, CESM plantea como objetivo recuperar la carrera profesional, congelada desde 2009. Los médicos consideran que una vez que la Región ha recuperado el crecimiento económico, el complemento debe reactivarse. Al Gobierno, sin embargo, no le salen las cuentas.

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