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Alumnos de Bachillerato del IES Alcántara, en Alcantarilla, durante una de las sesiones de meditación focalizada.
Al sobresaliente por la meditación

Al sobresaliente por la meditación

Un instituto de Alcantarilla desarrolla un proyecto diseñado por una alumna para comprobar si las técnicas de relajación ayudan a mejorar la capacidad de aprender

Javier Pérez Parra

Domingo, 29 de marzo 2015, 00:58

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El penetrante sonido del cuenco tibetano envuelve el salón de actos del IES Alcántara. La vibración elimina cualquier otra percepción posible. No hay nada más a lo que prestar atención, salvo a la propia respiración y al propio cuerpo. Quince alumnos de primero de Bachillerato participan en esta sesión de meditación focalizada, que forma parte de un proyecto desarrollado en este centro de Alcantarilla para evaluar si las técnicas de relajación ayudan a mejorar la capacidad cognitiva de los estudiantes. Los chicos lo tienen claro. «Desde que empezamos con esto, me concentro mucho más cuando estudio», confiesa Ana María Dólera. «Estábamos agobiados, con estrés, y ahora me siento más relajada. Las notas han subido en el segundo trimestre», cuenta Laura Ruiz.

La iniciativa partió de Celia María Iniesta, alumna de segundo de Bachillerato de Investigación, la cantera en la que se preparan para la universidad los escolares más brillantes. Una de las particularidades de este Bachillerato es que los alumnos deben llevar a cabo un proyecto de investigación. A Celia le apasiona la medicina, y pidió consejo en la Unidad de Demencias del hospital Virgen de La Arrixaca. La doctora Carmen Antúnez le despertó el entusiasmo por los misterios de la neurociencia. De vuelta al IES Alcántara, Carmen María Iniesta se puso a trabajar bajo la supervisión de Luis Antonio García, su profesor de Biología. «Se trataba de comprobar cómo influye la meditación en el aprendizaje. Igual que cuando hacemos deporte calentamos los músculos, ¿por qué no 'calentar' el cerebro antes de ponerse a estudiar?», explica la alumna. Quince chicos y chicas de primero de Bachillerato se prestaron voluntarios para el experimento. Otros quince pasaron a ser el llamado grupo de control. Mientras los primeros se sometieron a sesiones de tres horas semanales de meditación durante dos meses (guiados por Cecilio Romera, un profesor de yoga), los segundos siguieron con su ritmo habitual de clases, de forma que al inicio y al final del proyecto se midió la velocidad mental y la capacidad de memoria y atención de ambos grupos mediante un test que facilitó la neuropsicóloga de La Arrixaca Salvadora Manzanares. «Adaptamos las pruebas para adecuarlas a chicos de 16 años, y lo cierto es que los resultados han sido muy interesantes», advierte. Aunque las conclusiones no pueden ser tomadas al pie de la letra, porque se trata de un experimento modesto en el tiempo y en el número de participantes, sí dan una pista a tener en cuenta, apunta Manzanares.

Entre quienes pasaron por las sesiones de meditación focalizada, la memoria inmediata mejoró entre un 23% y un 104% (dependiendo del tipo de prueba), mientras entre quienes no habían meditado, esa mejora fue solo de entre el 6% y el 39%. «Todos mostraron mayor capacidad para recordar porque el test ya lo habían hecho antes, al comienzo del proyecto, y por tanto ya lo conocían y estaban entrenados. Pero lo interesante es que la mejora fue muy superior entre quienes habían pasado por las técnicas de meditación», aclara Celia María Iniesta. En el resto de pruebas, como la capacidad de retención a largo plazo, los resultados fueron en la misma dirección.

Más creatividad

A Carmen Antúnez, jefa de la Unidad de Demencias de La Arrixaca, estos datos no le sorprenden en absoluto, porque se corresponden con lo que vienen apuntando estudios desarrollados en los últimos años. «La meditación fomenta la capacidad de aprendizaje y la creatividad», subraya. No se trata, aclara, de religión ni esoterismo, sino de pura ciencia. El Laboratorio Waisman de Neuroimagen y Comportamiento, en Estados Unidos, estudió mediante resonancias magnéticas cómo reacciona el cerebro de los monjes budistas durante la meditación. El elegido para ello fue un biólogo celular, Matthieu Ricard, convertido al budismo. «Las imágenes cerebrales mostraron cómo se activaba el área prefrontal izquierda y el eje hipotálamo hipofisario», que son las áreas no solo asociadas con la memoria y el aprendizaje, sino también con «la compasión», el estado de calma y las sensaciones positivas, explica Antúnez. Por el contrario, se 'desactivaba' la amígdala, «la zona más básica».

La meditación ayuda al bienestar, pero Antúnez va más lejos. «Hoy sabemos que la neuroinflamación juega un papel fundamental en enfermedades como el alzhéimer o el cáncer, y también sabemos que la meditación reduce los factores proinflamatorios, incrementados con el estrés». Por ello, la jefa de la Unidad de Demencias apunta al efecto positivo en la prevención y la salud. Así que los alumnos del IES Alcántara terminarán no solo con un probable sobresaliente, sino también más sanos.

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