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La clave naranja

La clave naranja

Miguel Sánchez López. Candidato de Ciudadanos a la Comunidad Autónoma

Guillermo Hermida

Lunes, 30 de marzo 2015, 12:29

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La carrera política de Miguel Sánchez López es corta pero intensa. El abogado, nacido en Alicante el 28 de abril de 1972 por los caprichos del destino -su padre, guardia civil, cumplía destino allí- se sumó a la res pública hace apenas cuatro años, cuando le propusieron encabezar la lista de UPyD en Caravaca de la Cruz, la localidad donde tiene sus raíces y de la que procede su familia. Hasta tres veces -como San Pedro- negó Sánchez la posibilidad, hasta que finalmente aceptó y dio el paso. En las pasadas elecciones municipales, su lista logró 787 votos -el 5,9%- que le auparon como concejal.

De ahí a encabezar la lista de Ciudadanos a la Asamblea Regional y tener posibilidades de contar con un buen número de diputados y convertirse en la clave del arco del Parlamento regional hay un mundo. Pero en realidad, solamente han pasado cuatro años de vértigo. Cuatro años en los que Sánchez le ha hecho más de 100.000 kilómetros a su Volvo entre idas y venidas a la capital del Noroeste, por una autovía que conoce casi tan bien como El Moral, la pedanía caravaqueña de la que procede su madre, Ana, y donde aún pasa los veranos.

Su padre, Antonio, nació en el Campo de San Juan y buscó en la Benemérita una salida para sus inquietudes, que le acarreaban algún que otro problema cuando las ovejas del rebaño familiar escapaban a su control mientras devoraba libros. Del destino en Alicante, donde Miguel nació y apenas pasó un mes, la familia se trasladó a Murcia. El hoy candidato de Ciudadanos se formó en el colegio San José de Espinardo y en el instituto Infante Juan Manuel. En esos tiempos desarrolló su pasión por el fútbol, llegando incluso a jugar -de portero- en las categorías infantiles del Real Murcia, club del que es abonado desde hace 16 años. Eso sí, también es un apasionado del baloncesto -es socio del UCAM- y seguidor de la NBA, con preferencia por los Dallas Mavericks.

La carrera de guardameta del joven Miguel acabó por una lesión de rodilla a los 19 años. Eso sí, de vez en cuando se enfunda los guantes con el equipo de veteranos del Colegio de Abogados de Murcia, donde coincide con Roberto García, el alcalde de Beniel, otro político al que las lesiones apartaron del deporte profesional. No es el único traspié en materia sanitaria que arrastra, ya que padece de acúfenos -ruidos en los oídos- una dolencia que sobrelleva con estoicisimo, ya que es intratable y apenas pueden mitigarse sus síntomas alejándose del café, del alcohol y los ruidos fuertes.

Y eso que a Sánchez le gusta el rock, y no el blando: Muse, The Cure y Lou Reed son santos de su devoción, y en un concierto de Loquillo se reencontró con la que hoy es su pareja, una antigua novia de facultad. Antes, Sánchez tuvo tiempo de casarse y divorciarse, a pesar de su fe católica, alejada de extremismos. Una fe cultivada en la Pastoral Juvenil que impulsó el obispo Azagra, y que incluso lo llevó no hace mucho a marcharse de cooperante a Bolivia. De allí, además de un saco de experiencia, Miguel se trajo uno de sus rasgos distintivos: un colgante con la cruz de los indios ainaras, que solo oculta con corbata cuando se pone delante de un tribunal.

Al igual que muchos periodistas lo son gracias a 'Lou Grant', Sánchez es en parte abogado por Gregory Peck y su magistral Atticus Finch en 'Matar a un ruiseñor'. Ya en la Facultad de Derecho de la Universidad de Murcia, su carácter activo y su relación con la Pastoral Juvenil le acabó aupando al Consejo de la Juventud, frente al cual tuvo su primer choque político... con Pedro Antonio Sánchez, por entonces director general de Juventud.

Muchos le consideran demasiado vehemente para manejarse bien en política, como demostró el amago de dimisión como concejal tras la negativa del alcalde de Caravaca, Domingo Aranda, a dejar el cargo a pesar de su imputación en el 'caso Roblecillo'. Otros le tachan de inexperto y él mismo se considera exagerado y con tendencia a tomarse las cosas demasiado a pecho, pero por ahora pisa con pies de plomo en su recién adquirida condición de candidato, aconsejado por un equipo multitudinario que trata de que la 'clave naranja' se convierta en verdadera alternativa tras las elecciones. «Es hora del cambio tranquilo», asegura.

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