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El rector José Orihuela trata de colocar bien el birrete a una de las doctoras de la UMU, con su padrino y el decano de su facultad.
La UMU y la UPCT reniegan de la reforma y no pondrán en marcha el 3+2 el próximo curso

La UMU y la UPCT reniegan de la reforma y no pondrán en marcha el 3+2 el próximo curso

Exigen una moratoria y advierten de que cerrará la puerta de la universidad a los estudiantes sin recursos

Fuensanta Carreres

Sábado, 31 de enero 2015, 00:36

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La celebración de Santo Tomás de Aquino en la Universidad de Murcia (UMU) fue ayer más una jornada para la reivindicación y la denuncia que para la fiesta. Con la reforma universitaria planeando sobre el campus y la queja por los recortes como 'leivmotiv' en el discurso del rector Orihuela, las universidades públicas festejaron a su patrón en clave de denuncia y dejando claro que la flexibilización del sistema universitario de títulos no llegará el próximo curso a los campus públicos de la Región. El nuevo sistema universitario aprobado ayer por el Consejo de Ministros supone abrir la posibilidad a que los campus establezcan de forma voluntaria carreras de tres años y másteres de dos (la conocida fórmula 3+2), o mantengan, si lo prefieren, los actuales grados de cuatro años y los másteres de uno.

Los rectores de la Universidad de Murcia (UMU), José Orihuela; y de la Politécnica de Cartagena (UPCT), José Antonio Franco, se reafirmaron ayer en su negativa a experimentar el nuevo sistema, entre otras razones, porque tienen claro que el modelo no beneficia en ningún sentido a las universidades públicas y entornará más aún la puerta de entrada a los estudiantes sin recursos económicos. La razón de ese encarecimiento estriba en que los alumnos que quieran competir en el mercado laboral terminarán necesitando cursar un máster, cuyo precio es sensiblemente superior al de un año de carrera. Si un grado puede costar 1.500 euros, el gasto por un máster medio se duplica hasta los 3.000 euros. Los dos rectores reclamaron ayer una moratoria e incidieron en que la reforma es precipitada y provocará distorsiones entre las diferentes universidades españolas. Aunque Orihuela y Franco no hicieron referencia explícita a los planes de la Universidad Católica, ambos son conscientes de que si la UCAM sí desarrolla grados de tres años serán muchos los estudiantes que prefieran matricularse en la privada. También el consejero de Educación, Pedro Antonio Sánchez, medió ayer en la polémica, para puntualizar que la Consejería de Educación «respetará la autonomía universitaria y no tiene intención de regular regionalmente la cuestión».

El presidente de la Universidad Católica, José Luis Mendoza, en cambio, si dejó ayer abierta la puerta a poner en marcha los nuevos grados de tres años el próximo curso en la institución privada: «Estamos estudiando la posibilidad de implantar para el próximo curso alguna titulación con este modelo», aseguró Mendoza, para quien la decisión de reformar el sistema ha sido «precipitada».

El enfado por la aprobación de la reforma universitaria fue menor para Orihuela, en comparación con su indignación por la escasa dotación presupuestaria que, a su juicio, recibe la Universidad de Murcia. A «pecho descubierto», según sus propias palabras, el rector de la UMU criticó que «dentro del imaginario colectivo regional, bien nutrido de propaganda política interesada, la Universidad de Murcia no está siendo valorada en virtud de su contribución a este país». Tras repasar las cifras que evidencian la caída de la asignación que han ido acusando las dos universidades públicas murcianas en los últimos años -más de 63 millones de euros desde 2010- el rector reprochó que la proclamada recuperación «no se vislumbra a día de hoy con mejoría alguna, y debo decir como rector que la reciente consecución del presupuesto se ha producido en un entorno ambiental que bien podría ser reminiscente de la tormenta perfecta».

Las tensas negociaciones que culminaron con el incremento del techo de gasto de las universidades y la presencia de los rectores en la Asamblea Regional el pasado diciembre fueron relatadas por el rector ante la comunidad universitaria, a la que quiso advertir del 'recado' que, a su juicio, lanzó el Gobierno regional con sus ajustes: «Si el techo de gasto no cubre los gastos de personal el mensaje es claro: debemos reducir salarios o reducir recursos humanos. En otras palabras, nos han dicho que sobran personas en la Universidad de Murcia».

En presencia del consejero de Educación y Universidades, el rector quiso dejar claro ante los docentes de la UMU que los ajustes en la asignación son la causa de que hasta la fecha no haya llevado a la práctica algunas de sus promesas electorales, como la ampliación de la jornada y el sueldo al personal de administración y servicios. «El presupuesto nos obliga a ajustar al mínimo cualquier política de personal durante el presente año. Esto nos discapacita parcialmente para ejercer una acción de gobierno en el sentido de corregir injusticias y desequilibrios estructurales en nuestra Universidad. Pero les aseguro que no vamos a permanecer quietos, pues mi equipo de gobierno y yo tenemos un compromiso que cumplir», se comprometió antes de que admitir el esfuerzo que le han costado las negociaciones hasta la fecha: «Confieso que llegar hasta aquí ha sido agotador, y yo diría que hasta desconsiderado para la institución».

Sí quiso José Orihuela transmitir a los docentes y doctores que ayer festejaron al patrón de las universidades en la Facultad de Economía su confianza en que el plan plurianual de financiación que el Gobierno ha comprometido con las dos universidades saldrá adelante.

El primer acto solemne de Santo Tomás del nuevo equipo rectoral contó con la participaron del catedrático Psicobiología José María Martínez Selva, quien fue candidato a rector frente a Orihuela, encargado de la lección magistral. Antes, realizó un alegato en apoyo a la investigación y a la divulgación científica, a su juicio, «una obligación hacia la sociedad, que es la que provee de recursos económicos a la universidad».

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