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Alberto Garre, en la entrevista que concedió a 'La Verdad'.
El tiempo de Garre y el rato de Valcárcel

El tiempo de Garre y el rato de Valcárcel

Discrepancias en San Esteban y en el PP sobre el impacto de sus declaraciones a 'La Verdad'

BITÁCORA MANUEL BUITRAGO

Martes, 27 de enero 2015, 11:15

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El presidente Alberto Garre no ha provocado una ola de entusiasmo dentro del Partido Popular con sus declaraciones recogidas en la entrevista que publicó 'La Verdad' el pasado domingo, en la que no pudo ser más claro sobre sus aspiraciones para ser candidato autonómico en las próximas elecciones. No solo eso, sino que además impartió doctrina sobre los imputados subrayando que, si de él dependiera, ninguno iría en las listas electorales. Sin embargo, un imputado que ya lo estuviera sí puede ser consejero, cosa que él hizo manteniendo en el gabinete a Antonio Cerdá y a Pedro Antonio Sánchez. Manifestó que nadie (o sea, Valcárcel) le impuso conservarlos, lo cual abunda en semejante paradoja. Cada virreinato autonómico tiene su propio manual político de supervivencia, y el de Murcia está rompiendo moldes.

Las palabras del presidente se han procesado de distinta forma en el partido y en San Esteban. Llegan justo en mitad del desasosiego que existe sobre el candidato, por lo que hay quienes ven un intento de presionar al partido tratando de ganarse a parte de la opinión pública en esta fase de incertidumbre, con el añadido de que pretende ir a los hechos consumados. Más madera para el mal rollo de fondo que existe entre Garre y el aparato, aunque unos y otros traten de disimularlo para no dar pábulo a cualquier cosa que se asemeje a una división interna. Entre las reacciones recogidas ayer, algunos 'agradecen' que no haya salido de nuevo con la teoría de la generosidad de los imputados. Más de lo mismo, pero en un momento inoportuno, indicaron otros, partidarios de mantener la boca cerrada en estos momentos.

Desde el palacio de San Esteban la lectura es diferente. No dijo nada que no hubiera comentado antes sobre los imputados, apuntaron, refiriéndose al desayuno de fin de año con los medios de comunicación, donde manifestó que sería «muy perjudicial» que los señalados por la justicia formaran parte de las candidaturas, lo cual se supone que le sentaría fatal al alcalde de Murcia Miguel Ángel Cámara y al propio Sánchez, además de a otros 'empapelados' como Bascuñana. Ahora ha afinado más, subiendo la tensión que se mastica en el ambiente, ya que sus palabras corrieron el domingo como un reguero de pólvora. En su entorno niegan que exista malestar en el partido, sino todo lo contrario. Un montón de militantes se mostraron afectuosos con Garre y secundaron sus declaraciones, indicaron. No dan crédito a un deterioro de las relaciones con el PP, y en particular con Valcárcel.

La única diferencia parece estar en que hay 'Valcárcel para rato' y 'Garre para tiempo'; uno con 60 años y otro con 62. Deben de hablar entre ellos un idioma cifrado que nadie entiende para poder deducir con mucho esfuerzo e imaginación que todo va como la seda. Su desafío -aviso a navegantes- para recorrer la mota del río hasta La Raya no pasó inadvertido, como tampoco sus 50 kilómetros en bicicleta. Una forma peculiar de presentarse como la 'renovación'. Garre ha lanzado el órdago diciendo que su proyecto necesita continuidad. Ha echado el resto creyendo en el fondo que al PP no le queda más opciones que la suya. «A lo mejor, la sorpresa de la que hablan soy yo mismo», comentó.

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