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Francisco besa a Gloria, la lotera que le vendió un décimo de El Gordo.
«Ahora me puedo permitir una alegría»

«Ahora me puedo permitir una alegría»

La administración número 27 de Murcia lleva la suerte a los vecinos de Ronda Norte. Francisco Eytor, un jubilado que fue presidente del centro de mayores de San Antón, comparte con dos amigos un décimo del primer premio

Fernando Perals

Martes, 23 de diciembre 2014, 00:03

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«No ha sido mucho dinero, solo el suficiente para llegar a fin de mes con cierta holgura y permitirme alguna alegría con la familia», decía sereno y con porte señorial Francisco Eytor Coira, afortunado con un décimo de El Gordo que había compartido con otros dos amigos. Este jubilado, que llegó a Murcia hace tres décadas, asegura que «cada uno compramos un décimo y los cruzamos. Esta vez he sido yo quien ha traído la fortuna». Sus lazos con la capital son bastante fuertes, ya que ha sido presidente del centro de mayores de San Antón durante varios años.

«Soy un cliente habitual de esta administración desde hace 14 años, siempre compro aquí», afirmaba mientras saludaba efusivamente a Gloria Cerezo, que regenta el local desde su creación en 1987. «Me enteré mientras que veía el sorteo por televisión. No me lo podía creer y rápidamente he venido a saludar a quien me vendió el décimo». Y es que Francisco, que recibió la enhorabuena de sus vecinos, es muy conocido y querido por el barrio.

La administración número 27 de Murcia fue un hervidero de vecinos, curiosos, banqueros y medios de comunicación, que se agolparon en Ronda Norte 1 ante la expectación creada por El Gordo. Un billete (10 décimos) del 13437 repartió Gloria, muy emocionada por ser la primera vez que daba un primer premio de la Lotería de Navidad. «Llevo 27 años regentando el local y jamás me he llevado una alegría tan grande. Además, ha sido para los vecinos del barrio, algunos de ellos están pasándolo muy mal económicamente, por eso la felicidad es doble», dijo la lotera.

Gloria, que dejó la administración a media mañana por la tardanza en caer el primer premio, se enteró cuando estaba presenciado en el colegio Los Capuchinos el espectáculo de Navidad en el que participaban seis de sus nietos. «Recibí la llamada en la que me comunicaron que habíamos dado la suerte y rápidamente me acerqué al local. Ahora, estoy esperando el Moët & Chandon para celebrarlo», explicó con la voz entrecortada.

Y aunque la bebida espumosa no apareció aseguró estar encantada. «Es la primera vez que doy un Gordo después de 27 años. El del 13437 pertenece a billetes sueltos que nos mandan y hemos tenido suerte de darlo, pero ni es abonado ni nada», indicó, mientras que era felicitada por los vecinos. Algunos, como Antonio, se lamentaban de no haber elegido el número afortunado. «Llevo varios décimos, pero no del primero. Qué le vamos a hacer, a la próxima me tocará».

A los alrededores de la administración, que en sus 27 años ha dado algunos premios menores de Primitiva y Euromillón, comenzaron a llegar vecinos y curiosos desde que se supo a las 13.00 horas que había repartido la suerte a los murcianos.

Muy repartido

Gloria indicó que el número no fue adquirido por ningún abonado ni asociación alguna para hacer papeletas. «Lo más posible es que haya tocado a particulares. Es una pena no dar una serie entera, lo que es seguro es que los he vendido todos, no he devuelto ninguno».

La lotera afirmaba sentirse «en estado permanente de 'shock'» desde que se enteró que había traído a la diosa Fortuna. Gloria espera que este primer premio de la Lotería de Navidad sirva «para vender más en el sorteo del Niño, ya que El Gordo es un aliciente para los jugadores. Además, este año se han vendido mucho en ventanilla, bastante más que en años anteriores». Aunque ella llevaba varios décimos para el sorteo de Navidad, reconoció que de éste, ninguno. «Fíjate tú. Podía haberme quedado con alguno, no obstante estoy muy contenta y feliz por haber dado tanta suerte».

Ni Gloria ni su empleada Laura García quisieron precisar la identidad de los afortunados, «aunque algunos que no desearon identificarse han llegado con los ojos hinchados por la emoción. Seguro que han llorado porque entre los agraciados había gente muy necesitada». Felices y emocionadas atendían a los vecinos que se agolparon ante su administración. Laura, que lleva tres años como vendedora, indicó que «jamás he disfrutado de una mañana como ésta. Seguro que hemos llevado la alegría a muchas casas».

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