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El conductor, Norberto G.V., ayer, en el momento de abandonar el Juzgado.
El conductor sale libre, pero se le mantiene el cargo de homicidio

El conductor sale libre, pero se le mantiene el cargo de homicidio

La juez le retira el carné de conducir al acusado, Norberto G.V., y ordena el precinto del autobús para evitar una posible manipulación de pruebas

Ricardo Fernández

Martes, 11 de noviembre 2014, 02:06

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En libertad, pero con todos los cargos, intactos, sobre sus espaldas. El conductor del autobús que la noche del sábado sufrió el accidente en la Venta del Olivo, Norberto G.V., de 56 años, vecino de Caravaca de la Cruz y taxista de profesión, abandonó ayer el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Cieza en libertad provisional, después de prestar declaración como imputado por los presuntos delitos de homicidio imprudente y lesiones.

La juez María Dolores Sánchez López, que coordina la investigación sobre el siniestro que se ha cobrado la vida de catorce vecinos de Bullas, consideró que no había razones suficientes para privarle de libertad, pues en este momento ya no parece existir riesgo de destrucción de pruebas ni tampoco de que pueda intentar eludir la acción de la justicia. Pese a ello, le mantuvo intactos los cargos por los que fue detenido el domingo -catorce presuntos delitos de homicidio imprudente y varias decenas de delitos de lesiones-, le fijó la obligación de comparecer periódicamente en el Juzgado y además le retiró el carné de conducir. Una circunstancia, esta última, que sin duda supondrá un importante contratiempo para este profesional del transporte, ya que por el momento, y mientras la decisión judicial no sea revocada, no podrá volver a ponerse al volante en tanto el procedimiento judicial se encuentre abierto.

Del mismo modo, la instructora ordenó que el autobús en el que viajaban las víctimas sea precintado y custodiado, al objeto de prevenir una posible manipulación. El vehículo será ahora examinado exhaustivamente por especialistas de la Guardia Civil, que deberán establecer si falló algún mecanismo y, en concreto, el sistema de frenado, como desde un primer momento el conductor viene sosteniendo que ocurrió.

Estas pruebas periciales tendrán un valor trascendental a la hora de establecer si el siniestro se debió a un fallo mecánico o si, al contrario, pudo producirse algún error o negligencia por parte del chófer.

Datos del tacógrafo

Norberto G.V. llegó a la sede de los juzgados de Cieza hacia las nueve y media de la mañana, procedente de la Comandancia de la Guardia Civil de Murcia, en cuyos calabozos pasó la noche. Había sido detenido el domingo a mediodía, después de ser dado de alta en el Hospital Comarcal del Noroeste (Caravaca), donde ingresó con una arritmia cardíaca.

La toma de declaración se inició hacia las doce de la mañana y se prolongó durante un par de horas. Aunque pocos son los datos que han trascendido del interrogatorio, todo apunta a que básicamente mantuvo las manifestaciones que ya hizo en los primeros momentos, tras el accidente, cuando aseguró que no habían funcionado los frenos del autobús. Una versión que encuentra su apoyo en la ausencia de grandes huellas de frenado en la calzada, previas a la precipitación del vehículo por un barranco, y en las manifestaciones del chófer con el que se relevaba en el viaje, Ginés Martínez. Éste declaró ante la Guardia Civil que iba durmiendo cuando escuchó gritar a su compañero: «¡No van los frenos!».

También algunos pasajeros del autobús han ratificado que escucharon gritar al conductor, alertando de un fallo en el sistema de frenado, antes de que el vehículo se precipitara por el desnivel dando vueltas de tonel.

Pese a ello, fuentes próximas a la investigación siguen insistiendo en señalar un posible exceso de velocidad como probable causa principal del accidente. En esa línea abundó ayer el subsecretario del Ministerio del Interior, Luis Aguilera, quien afirmó en Bullas que la hipótesis «con más fuerza» es que el asutobús entró en la curva a más velocidad de la debida.

A ello parece apuntar un primera análisis del tacógrafo, que entre otras cuestiones indica el instante en que el conductor accionó por vez primera el freno al salir de la autovía. Algo que permitirá aclarar si, al margen de cuál era el estado de los sistemas mecánicos, pudo frenar cuando ya era demasiado tarde.

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