Tres magistrados de Murcia optan a presidir una justicia que espera el impulso definitivo

La Administración de Justicia en Murcia tardó en dejar atrás el siglo XX y ahora está a la espera de entrar definitivamente en el siglo XXI. Si el todavía hoy presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región de Murcia, Juan Martínez Moya, podrá presentar entre sus principales logros el de haber acabado con la insufrible dispersión de los juzgados de Murcia, haber impulsado la construcción de la Ciudad de la Justicia y haber acometido retos tan trascendentales como la implantación de la Oficina Judicial, su sucesor está obligado a darle un impulso definitivo a la maquinaria judicial, sobre todo en material de nuevas tecnologías, que le permita adecuarse a los nuevos tiempos y a las actuales exigencias.

Después de una década presidiendo la Administración de Justicia en Murcia, Martínez Moya agota su mandato, que expira formalmente el 23 de diciembre próximo. Y el proceso para sucederle ya se ha iniciado, pues no en vano ayer se cerró el plazo para la presentación de candidaturas. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que será el que designe al sucesor, solo tiene conocimiento hasta el momento de la existencia de tres candidatos, que coinciden en el hecho de llevar muchos años trabajando en la Región; algo que, ya de entrada, les confiere un intenso conocimiento sobre la realidad de los tribunales murcianos.

En teoría, aunque no se considera demasiado probable, en el plazo de una semana todavía podría conocerse el nombre de algún nuevo aspirante, ya que la solicitud puede ser remitida por correo y eso hace que desde el CGPJ se conceda un margen de unos días. Lo cierto es que ayer solo existía constancia oficial de las candidaturas de Andrés Pacheco Guevara, presidente de la Audiencia Provincial de Murcia; María Pilar Alonso Saura, magistrada de la Sección Primera de la Audiencia Provincial, y Miguel Pasqual de Riquelme, titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Murcia y Juez Decano desde 2008.

Ni de derecha, ni de izquierda

Los tres candidatos acumulan una amplia experiencia y ofrecen una acreditada solvencia profesional, lo que les permite contar con el aprecio y el respeto de sus compañeros de profesión. Razones por las cuales, según distintas fuentes de la Administración de Justicia consultadas por este periódico, ninguno de ellos recibiría una mala acogida al hacerse con la presidencia del TSJ murciano.

Coinciden los tres en su pertenencia a asociaciones profesionales de tendencia centrista e independiente -ninguno de ellos está integrado en la progresista Jueces para la Democracia, ni en la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM)-, pues Pilar Alonso y Miguel Pasqual de Riquelme están alineados con los 'vitorinos' (Francisco de Vitoria), mientras Andrés Pacheco, que años atrás militó en la APM, pertenece en la actualidad al Foro Judicial Independiente.

Aunque la impronta que deja la profesión de juez se percibe con claridad en el carácter de los tres candidatos, suelen mostrarse cercanos y afables en el trato directo -Pacheco es quizás el más extrovertido- y siempre se han mostrado abiertos a participar en cualquier foro o acto que sirva para aproximar el conocimiento de la Administración de Justicia a los ciudadanos.

Los tres forman parte de la Sala de Gobierno del TSJ.

En los próximos días, probablemente para mediados de este mes, serán convocados a Madrid por la Comisión de Calificación del CGPJ para ser sometidos a una entrevista personal. Será a partir de ese momento cuando el Pleno del Consejo decida -por votación de todos sus miembros- el nombre del nuevo presidente del TSJ de la Región; una decisión que se prevé que pueda ser adoptada en la primera quincena de diciembre, aunque podría retrasarse sin que ello generara un vacío de poder en el máximo órgano de gobierno de la Administración de justicia murciana, pues Martínez Moya seguiría como presidente en funciones hasta que su sucesor tome posesión del cargo.

Además de la necesidad de trabajar para que la Justicia dé un salto decisivo de calidad, sobre todo con la integración de las nuevas tecnologías, el nuevo presidente deberá seguir luchando para conseguir que siga aumentando el número de órganos y plazas judiciales.