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Alicia Negre
Martes, 7 de octubre 2014, 02:19
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José Miguel R.C. reconoció ayer haber acabado con la vida de sus tíos José Antonio y Josefina, octogenarios y uno de ellos impedido, estrangulándolos con el cinturón de un batín. «Recuerdo que me abalancé sobre él y lo reduje». Este vecino de Santiago de la Ribera, que se enfrenta a más de 38 años de prisión y que es juzgado esta semana por un tribunal popular en la Audiencia Provincial de Cartagena, asumió el crimen, pero defendió que actuó en todo momento bajo los efectos de las drogas, a las que, remarcó, está enganchado desde los 15 años. El día del crimen, sostuvo, había consumido cocaína y heroína y llevaba tres días sin dormir. «Cuando volví en mí», sostuvo, «ya no había vuelta atrás».
Los hechos por los que este treinteañero se sienta en el banquillo se remontan al 6 de diciembre de 2012. Aquel mediodía acudió a la casa que sus tíos tenían en Santiago de la Ribera, en la calle Maestro Gabriel Pardo. «Venía de comprar heroína y cocaína en Los Pozuelos y llevaba tres días sin dormir», relató el acusado, que aquel día se movía en bicicleta. «Iba por su calle y se me ocurrió pasar a verlos». 'El Choche' negó que acudiera a la vivienda con la idea de acabar con la vida de sus tíos. «Eran fechas cercanas a la Navidad y quería acercarme».
Una vez dentro de la casa, José Miguel R.C explicó que comenzó una conversación con su tío, de 82 años, que derivó en algunas críticas hacia su padre. «Le dije que no siguiera con eso, pero él siguió y siguió», recalcó. «Llegó a empujarme y a darme golpes para que le hiciera caso». En el transcurso de esa supuesta discusión, 'El Choche' reconoció haberse abalanzado sobre el anciano. «Mi intención no era matarlo», remarcó. «Solo quería acabar con aquello». Para cumplir su objetivo, este joven agarró el cinturón del batín con el que vestía su tío y, tras darle dos vueltas al cuello con él, lo estranguló. «Fue un acto involuntario, por decirlo de alguna manera», defendió.
«Le di un beso en la mejilla»
Una vez que asesinó a su tío, 'El Choche' aseguró que sintió «un ataque de pánico» y que pensó en el porvenir de su tía, Josefina, que llevaba varios meses impedida y no podía levantarse de la cama. La mujer, de 83 años, estaba acostada en una vivienda interior de la casa. «Pensé qué iba a ser de ella si mi tío era la única compañía que tenía», relató. Con esa idea en la mente, el acusado explicó que se acercó al dormitorio. «Le di un beso en la mejilla y le puse el cinturón también a ella». A preguntas del fiscal, José Miguel R.C. aseguró haber matado a su tía por pánico y pena. Llegó incluso a afirmar que «oí a mi tía decirme gracias mientras la mataba». No supo explicar, sin embargo, los hematomas en el ojo y la cabeza que presentaba el cadáver de la anciana.
Una vez cometido el doble crimen, este joven se hizo con varios anillos -uno de ellos se lo quitó directamente de la mano a su tío-, además de con un televisor, y huyó de la vivienda. Según reconoció, revolvió el domicilio con la intención de que la Policía creyera que se hallaba ante una banda de ladrones. Después, se fue a casa de sus padres. «Tomé una ducha rápida porque había quedado con una amiga para ir a Murcia», relató. Esta joven, vecina también de Santiago de la Ribera, relató ayer al tribunal que éste llegó a confesarle, en el trayecto en coche a la capital, que «la había liado gorda», que «había hecho algo ilegal, a la vez que justiciero».
En la vista de ayer también comparecieron los hijos de las víctimas, quienes aseguraron que el acusado solía pedirle dinero a los ancianos y, en ocasiones, se lo robaba. «Cuando estaban comiendo, decía que se iba al aseo y entonces oían el movimiento de los cajones», explicó uno de ellos. «Luego faltaba dinero». Estos episodios también fueron recordados por un matrimonio, vecino de los fallecidos. «Él siempre procuraba ir cuando estaban solos».
La Fiscalía considera al acusado autor de un doble asesinato -con la atenuante de drogadicción- y reclama una pena de 17 años de prisión por cada muerte. Además, exige que se le impongan 4 años y 3 meses de cárcel por un delito de robo con violencia. Por su parte la acusación particular, ejercida por los hijos de las víctimas, entiende que José Miguel R.C. es autor de un doble asesinato con la agravante de abuso de confianza y exige 20 años por cada crimen, además de 6 años por el robo.
La defensa -que representa el letrado Juan Cavas- entiende que se dan las atenuantes de drogadicción, reconocimiento de los hechos y dilaciones indebidas, y reclama que se absuelva al acusado y se ordene su internamiento durante diez años en un centro hospitalario. «Es un enfermo y lo que necesita», remarcó, «es curarse».
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