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El rector de la UPCT, José Antonio Franco; el presidente Alberto Garre; el rector de la UMU, José Orihuela, y el consejero de Educación, Pedro Antonio Sánchez.
Garre promete financiación plurianual a las universidades pero vinculada a sus resultados

Garre promete financiación plurianual a las universidades pero vinculada a sus resultados

«Permitidme seguir tocando mi piano», pidió Orihuela al presidente de la Comunidad durante la apertura de curso de la UMU y la UPCT

Fuensanta Carreres

Viernes, 26 de septiembre 2014, 01:32

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Las universidades públicas de la Región disfrutarán de un plan plurianual de financiación, como llevan años exigiendo a la Administración regional, pero con condiciones. El presidente de la Comunidad, Alberto Garre, se comprometió ayer con los rectores de la Universidad de Murcia y de la Politécnica de Cartagena, que celebraron su solemne acto de apertura del curso académico, a devolver la estabilidad presupuestaria a las instituciones, aunque buena parte de esa consignación estará condicionada al «cumplimiento de resultados» y objetivos.

Es decir, las universidades sabrán con qué dinero pueden contar durante los próximos cuatro años, pero esa financiación solo cubrirá los gastos fijos. El resto del dinero tendrán que ganárselo cumpliendo determinados objetivos, que ayer no fueron concretados. «El proceso de negociación con las universidades será diferente -dijo Garre durante su intervención- y se basará en un estudio objetivo y veraz de costes, a través de la contabilidad analítica que va a entrar en funcionamiento en las universidades, y que asegurará una financiación básica, en función de los costes estructurales, pero que también estará condicionada al cumplimiento de resultados», anunció el presidente de la Comunidad, quien salpicó su discurso de mensajes 'encriptados' presumiblemente dirigidos al rector de la UMU, José Orihuela, quien tomó posesión del cargo el pasado mayo.

El salón de actos de la Facultad de Economía y Empresa del Campus de Espinardo fue escenario del solemne acto de apertura de curso, pero también lo fue de la toma de posiciones del presidente de la Comunidad y del nuevo rector de la UMU de cara a sus relaciones en los próximos años. Los dos quisieron marcar su terreno, como lo hizo también el rector de la Politécnica, más reivindicativo y extenso que en otras ocasiones en su intervención.

Los mensajes cifrados se enviaron desde ambas posiciones. El presidente de la Comunidad, Alberto Garre, fue prolijo, y arrancó su discurso felicitando al rector por haber «conseguido que se celebre la primera apertura de curso sin sobresaltos en solo 128 días» al frente de la institución. Una felicitación cuando menos confusa, y que para muchos buscaba situar a Orihuela cerca de quienes han protagonizado las protestas de 'indignados' por los recortes durante los actos de apertura de curso de los últimos años. Inesperadas fueron las palabras de Garre, pero también algunas de las pronunciadas por el nuevo rector de la UMU, en su inusual discurso, salpicado de citas, proyecciones que muchos no entendieron y apasionadas críticas al neoliberalismo.

Con tablas estadísticas

El rector Orihuela se empeñó en demostrar con cifras y tablas estadísticas que la UMU mantiene el mismo presupuesto que en 2006, mientras sus alumnos, titulaciones e instalaciones han crecido de forma exponencial desde entonces. Y quiso dejar claro su empeño en recuperar la ilusión por una universidad «autónoma, crítica y reformista. Se buscan desertores de lo cotidiano», reclamó el rector, quien en mitad de su discurso proyectó el fragmento de 'El pianista' (Polanski) en el que el judío al que interpreta Adrien Brody toca el piano ante el nazi que le descubre. «Querido presidente, permitidme seguir tocando mi piano», espetó Orihuela tras la proyección. Si el pianista era el rector, a la mayoría le quedó la duda de a quién o a quiénes representaba el oficial alemán de la escena.

El cruce de mensajes no terminó ahí. Mientras Orihuela decía al auditorio que «el miedo nos hace esclavos», el presidente de la Comunidad le respondía que «si el miedo nos hace esclavos, las palabras también», para añadir al final de su discurso que «el compromiso público nos juzga por lo que hacemos, no tanto por lo que decimos». También el consejero de Educación, Pedro Antonio Sánchez, guardaba un 'recado' para la UMU, a la que recordó su autonomía, «que le ha permitido convocar una oferta de empleo público de más de cincuenta profesores».

El cruce de declaraciones no oscureció las reivindicaciones que los dos rectores plantearon a la Comunidad, centradas en la demanda de financiación suficiente y en la «enorme dificultad e incertidumbre en la que actualmente se desenvuelven las universidades públicas».

En el año del centenario de la Universidad de Murcia, los dos rectores apelaron al ímpetu de Jara Carrillo para demandar de la sociedad murciana el mismo apoyo ciudadano «enérgico y unánime de la ciudadanía» que permitió en 1914 la creación de la UMU, y de la que hoy son herederas las dos universidades públicas de la Región, que un año más refrendaron su compromiso de caminar unidas «como hermanas».

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