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La Fundación Nueva Cultura del Agua elige a Julia Martínez como directora técnica

MIGUEL ÁNGEL RUIZ

Miércoles, 1 de octubre 2014, 11:16

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La bióloga murciana Julia Martínez acaba de ser nombrada directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA), una institución con sede en Zaragoza muy crítica con la planificación hidrológica desarrollada por los gobiernos del Partido Popular y especialmente contraria al frustrado trasvase del Ebro. Profesora asociada de Ecología en la Universidad Miguel Hernández de Elche, investigadora en numerosos proyectos de la UMU y miembro destacado de Ecologistas en Acción, Julia Martínez (49 años) será la encargada de coordinar e impulsar la actividad científica y técnica de la fundación, un cargo remunerado que se convierte en su principal ocupación profesional.

La elección de Julia Martínez es el resultado de un proceso de selección «muy complicado y competitivo dado el alto nivel de los perfiles presentados», explica la Fundación Nueva Cultura del Agua, que ha destacado la «amplia trayectoria investigadora en gestión integrada de recursos hídricos y sostenibilidad del agua» de su nueva directora técnica, socia fundadora de FNCA y miembro del grupo de cien expertos firmantes de la Declaración Europea por una Nueva Cultura del Agua.

«Mi misión será hacer llegar el conocimiento científico y los valores que promovemos al debate público, la Administración, los actores sociales, los movimientos ciudadanos y todos los sectores implicados en la gestión del agua», declaró ayer a 'La Verdad'.

Nueva Cultura del Agua propone una gestión más «transparente y democrática» de un «activo social» que no es un «mero recurso», de acuerdo con el ideario de esta fundación que a partir de ahora impulsará una experta murciana. «Las decisiones tienen que dejar de estar en manos de un grupo técnico reducido y en conexión con los beneficiarios y ampliarse a todos los ciudadanos», opina Julia Martínez, que defiende una «concepción global del ciclo hídrico, como postula la Directiva Marco del Agua», y critica la política hidrológica «entendida como un sistema de fontanería».

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