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Nuestra Señora Madre de la Misericordia. :: I. Sánchez/AGM
Luto y recogimiento por la tarde
Semana Santa Murcia

Luto y recogimiento por la tarde

Las cofradías de las Angustias, el Santo Sepulcro y el Cristo de la Misericordia inundan de solemnidad las calles de Murcia

LAVERDAD.ES

Sábado, 19 de abril 2014, 14:19

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Si la mañana es alegría barroca, la tarde es luto y recogimiento. Penitencia y color negro caracterizan la otra parte del Viernes Santo, la de la solemnidad de las tres cofradías que han salido con sus cortejos a las calles de la ciudad. Es un día de luto y penitencia.

La Real, Muy Ilustre y Venerable Cofradía de Servitas de María Santísima de las Angustias ha salido a las 18.45 horas desde San Bartolomé. Dos pasos componen este cortejo: el Ángel Servita, de Vicente Hernández Bouquet, del año 1858 y María Santísima de las Angustias, la titular de la cofradía, obra de Salzillo del año 1740. Se trata de una imagen de gran escenificación dramática pues representa el momento en el que la madre sostiene en sus brazos a su hijo muerto, ya descendido de la cruz. Junto al cuerpo inerte de Jesús están tres angelitos que participan en la escena.

La Real y Muy Ilustre Cofradía del Santo Sepulcro es la artífice de la procesión del Santo Entierro, que ha partido también de San Bartolomé a las 19 horas. Ésta es la procesión oficial de la ciudad y en ella suele haber presencia de todas las cofradías del Cabildo con sus estandartes y representantes. Son cinco los pasos que integran este cortejo, precedidos por una Cruz Guía. El Santísimo Cristo de Santa Clara la Real es un crucificado obra de Salzillo de 1770 que también recibe el nombre de Cristo de la Buena Muerte y que, ya muerto, presenta un aspecto sereno. Se encuentra en posición semiyacente, todavía clavado en la cruz. Tras él marcha la Santísima Virgen de la Amargura, de Juan González Moreno del año 1946. Es esta una imagen sedente que aparece sola, al pie de la cruz ya vacía, y de la cual pende un sudario blanco. María mira al cielo, con gesto de tristeza y las manos abiertas en actitud de súplica. El Santo Sepulcro también es de Juan González Moreno, del año 1941. Muestra el momento en el que Cristo es depositado en el interior de su sepulcro. La Virgen acaricia al hijo muerto, San Juan está postrado sujetando la mano de Jesús y María Magdalena contempla la escena con gesto de tristeza. Del mismo autor es San Juan Evangelista, de 1952. Una obra en la que aparece un apóstol joven que camina con elegancia pero con mirada melancólica. Por su cara desfilan dos lágrimas. Cierra el cortejo la Santísima Virgen de la Soledad, una talla del siglo XVIII y de autor desconocido. La Virgen porta en sus manos un corazón de plata atravesado por siete puñales, símbolo del dolor que sintió la madre ante la pérdida del hijo. Su rostro es muy expresivo.

A las 20 horas, desde San Antolín, ha salido la procesión de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia. Jesús Nazareno, de Roque López, de 1797 es el encargado de abrir el cortejo. De reciente incorporación, sale desde 2012 junto con el resto de pasos de la institución. Va tras él el titular, el Santísimo Cristo de la Misericordia, una de las tallas más antiguas de cuantas se conservan en la ciudad. Obra de Domingo Beltrán, del año 1581, es un crucificado de gran realismo y minuciosidad. Destaca además por un avanzado estudio anatómico que no es propio de su época pues destaca multitud de detalles óseos y de musculación. Esta imagen, venerada tradicionalmente en San Esteban, tras la desacralización de esta iglesia permanece en San Miguel, presidiendo el altar situado en el crucero de la izquierda. José Hernández Navarro firma el siguiente paso en 1997. El Descendimiento muestra la imagen de Nicodemo abrazando a Jesús para descenderlo, ayudado por José de Arimatea desde el suelo. En frente se encuentran San Juan y la Virgen presenciando la escena con gran dolor. Cierra la procesión Nuestra Señora Madre de la Misericordia, obra de José Sánchez Lozano de 1927, una imagen de vestir inspirada en la Dolorosa de Salzillo considerada como una de las más bellas de la ciudad. Mira al cielo, suplicando consuelo, mientras porta entre sus manos un rosario. Viste de negro de luto, con bordados en dorado.

Los tres cortejos de esta tarde se caracterizan por la seriedad y el recogimiento de una tarde de luto en la que el mundo católico llora la muerte de Jesús. Las calles de Murcia se han llenado con estas tres procesiones de túnicas negras.

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