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Un momento de una de las maniobras realizadas con uno de los vehículos autónomos submarinos de la Politécnica. :: UPCT
Rastreadores del mar
INNOVACIÓN

Rastreadores del mar

La Universidad Politécnica de Cartagena cuenta con una flota de nueve vehículos autónomos que se complementan para realizar búsquedas e investigaciones marítimas

LAVERDAD.ES

Miércoles, 16 de abril 2014, 17:18

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Del avión malasio al helicóptero hundido en Canarias, estos accidentes de aviación han puesto de actualidad un ámbito de la ingeniería en pleno auge: el desarrollo de vehículos no tripulados para escudriñar los mares. Unos equipos que también son de la mayor utilidad en caso de desastres medioambientales, como el del petrolero Exxon Valdés, de cuyo naufragio se han cumplido 25 años.

El Laboratorio de Vehículos Submarinos (LVS) de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) se ha equipado en sus apenas cuatro años de existencia con una complementaria flota de vehículos aéreos, de navegación y submarinos con la que se pueden localizar tanto pecios como vertidos contaminantes y que permite infinidad de investigaciones gracias a los múltiples sensores y aparatos de medida que se pueden implementar en sus diversos equipos.

El LVS, que dirigen los profesores Antonio Guerrero y Javier Gilabert, cuenta con cuatro vehículos aéreos no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés), dos de ellos de tipo quadcopters, para visualizar de forma aérea la zona de interés y rebotar las señales que emiten los vehículos marinos a la base de control. Se cuenta también con un vehículo robotizado de superficie, al que se puede enviar rutas programadas para que las ejecute automáticamente y que transmite en directo a la estación base la información que capta.

Y para indagar en las profundidades se dispone de cuatro vehículos submarinos. Un ROV (vehículo operado remotamente, en inglés) que puede bajar a grandes profundidades y que es manejado y alimentado por un cable umbilical de fibra óptica, por el que también transmite datos e imágenes de alta resolución en tiempo real; un vehículo autónomo submarino (AUV) con hasta ocho horas de autonomía en las que registra una serie de parámetros gracias a sus múltiples sensores y los enmarca en el momento y puntos de geolocalización donde fueron tomados; un mini ROV teleoperado que permite ver con gran detalle zonas de poca profundidad y un vehículo cedido por la Armada Española con tecnología de control diseñada por nosotros y en la que podemos cambiar e incorporar todo tipo de instrumentación gracias a su elevada capacidad de carga, explica Antonio Guerrero.

Los distintos vehículos ofrecen la posibilidad de realizar mediciones con radar, sonar de barrido lateral, batimetrías, captación de imagen por ultrasonido, así como sondas de perfilación de sonido y magnetófonos que sirven para distinguir los materiales presentes en el fondo marino. Todas estas funcionalidades tienen un enorme potencial para identificar objetos, como pecios, incluso aunque estén enterrados, para lo que tienen la posibilidad de incorporar una manguera de aire para retirar la arena. También cuentan con sensores de altimetría y profundímetros para medir la distancia a la superficie y al suelo marino, así como sistemas de transmisión para medir la distancia al barco o puesto de control.

El Laboratorio prueba sus vehículos en escenarios a escala. En primer lugar en un pequeño tanque que han construido en su Laboratorio, después en la piscina del CEDIT, posteriormente en el Mar Menor, un laboratorio en el mar, señala Gilabert, y ya por último en mar abierto, donde han llegado a sumergir los vehículos hasta a 250 metros de profundidad y han localizado y tomado imágenes de buques hundidos.

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