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«No creíamos que nuestra madre pudiera hacer esto»
MURCIA

«No creíamos que nuestra madre pudiera hacer esto»

Más de un centenar de vecinos de la pedanía de La Raya intentan frenar un desahucio para evitar que dos hermanas se queden en la calle | La madre solicitó un alzamiento contra el exmarido y padre de las jóvenes

JORGE G. BADÍA

Jueves, 20 de junio 2013, 15:54

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Más de un centenar de vecinos de La Raya se han concentrado hoy a las puertas del chalé de José, y sus dos hijas, Ainhoa y Adriana. Lo han hecho con el objetivo de evitar el desahucio de su padre, cosa que no ha sido posible aunque finalmente las dos hermanas han recibido una copia de la llave que les permitirá seguir en el inmueble. Por su parte, la madre hoy ha avanzado que mañana se personará en el chalé "para tomar posesión de su casa".

Mientras tanto Ainhoa está obligada a llenar a diario garrafas de agua de la piscina mientras su hermana, Adriana, enciende el camping gas que han instalado en la cocina para poder comer. Están sin luz y agua porque su madre, Ana, les cortó el suministro. «Estamos en paro; no sabemos qué haremos si nos echan», resumen las dos hermanas, que se han convertido en las víctimas de un acuerdo de divorcio firmado el 2 de marzo de 2011.

La sentencia de separación del Juzgado de Primera Instancia número 9 de Murcia establecía una pensión mensual de 800 euros, entre marzo de 2011 y marzo de 2016, pero el padre, que es encofrador de profesión, se fue al paro: «Cuando yo firmé el acuerdo no pensaba que la construcción se iba a ir a pique, pero he cumplido cuatro años en el paro y le he pagado a mi exmujer hasta donde he podido».

En concreto, hasta noviembre pasado, cuando solo le pudo abonar 300 euros a su expareja. A José no le quedaba nada porque desde que se divorció ha asumido los gastos de sus hijas, les ha pagado sus estudios e incluso ha llegado a vender un BMW por piezas para poder comer. Pero ante los impagos prolongados de la pensión, «nuestra madre nos cortó primero la luz y después el agua. Nos lo confirmaron en Aguas de Murcia», critican las dos hijas, Ainhoa y Adriana, mientras rompen a llorar por el calvario que están sufriendo.

«Desde hace cuatro meses estamos con linternas por las noches y hace mes y medio que le pedimos agua a nuestro tío. No esperábamos que hiciera eso. No se comporta como una madre. Intentamos llegar a un acuerdo con ella, pero nos dijo que hablásemos con su abogado. En febrero nos mandó un WhatsApp para decirnos que papá no le había pagado la pensión y puso la demanda para echarlo de casa».

La vivienda, que cuenta con una parcela de 1.300 metros cuadrados, dos plantas, garaje, jardín y piscina, está tasada en 400.000 euros. Las dos hijas denuncian que «quiere la casa para venderla». Lo que ocurre es que está en su derecho, debido a que José puso «las escrituras a nombre de ella», a pesar de que fue él quien levantó la vivienda con sus propias manos y vendió dos pisos de su propiedad en Cobatillas, un dúplex en La Raya y una parcela en Barqueros.

Las hijas se sienten en un callejón sin salida porque querían evitar el desahucio de su padre. De ahí que esta semana optasen por denunciar las supuestas «coacciones» que están sufriendo. Lo hicieron colgando una sábana en el chalé, donde textualmente se lee: «Mi madre que nos ha parido nos tiene sin luz y agua. Esta casa no es tuya, es del que nos da de comer, mi padre, que lo has echado». Lo más curioso de este dramático asunto es que los hermanos de Ana están de parte del exmarido y de las hijas. «Es la innombrable», resume su hermano Francisco. De hecho, la abuela se ocupa de dar de comer a su exyerno y los hermanos permiten al padre y a las dos chicas asearse en su casa, además de llenarles a diario garrafas de agua.

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