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Calatrava, segundo por la derecha, junto al alcalde Cámara, otras autoridades y vecinos, el día que inauguró su puente peatonal en Murcia, el 9 de enero de 1999. / Martínez Bueso
El resbalón de Calatrava en Murcia
MURCIA

El resbalón de Calatrava en Murcia

La emblemática obra del arquitecto e ingeniero valenciano, muy de actualidad ahora al estar acusado de dañar las arcas del Estado italiano por su puente en Venecia, sigue siendo un quebradero de cabeza para el gobierno de La Glorieta

MANUEL MADRID , MURCIA

Jueves, 7 de marzo 2013, 18:52

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Los vecinos de Vistabella y del Infante Juan Manuel, dos importantes barrios de Murcia, han acabado por maldecir el nombre del arquitecto e ingeniero valenciano Santiago Calatrava. Su cristalina pasarela peatonal Jorge Manrique, que comunica los dos barrios, es hoy uno de los emblemas arquitectónicos de la capital murciana, pero también un 'punto negro' para los peatones. Ahora que el Tribunal de Cuentas de Italia acusa al genio de las formas extravagantes de "negligencia grave" y "daño a las arcas del Estado" por su puente de la Constitución de Venecia, que costó 7 millones más de lo presupuesto (de los 3,8 millones presupuestados inicialmente se pasó a 10,7 millones), lo cierto es que la emblemática obra de Calatrava en Murcia también está siendo un quebradero de cabeza para las autoridades municipales.

La pasarela de Vistabella no se ha librado de las críticas. Sus losas de cristal han causado cientos de resbalones a los murcianos (el Ayuntamiento destina 20.000 euros al año en su reparación), ya que cada vez que llueve es imposible atravesar el puente sin resbalarse. La solución provisional adoptada por la Concejalía de Calidad Urbana e Infraestructuras ha sido, como ya ha ocurrido en otras instalaciones como el puente de Zubi Zuri de Bilbao, instalar un felpudo anticaídas, una especie de moqueta anclada a la superficie que impide a los peatones pisar las losetas de cristal (sustituir cada una cuesta 240 euros). El Ayuntamiento de Murcia ha tenido que desembolsar 60.000 euros en este remedio y convocó un concurso público para la ejecución y montaje de la alfombra, que fue adjudicado a El Corte Inglés.

El mismo día de su 'estreno' tuvo que cerrarse la pasarela al paso debido al levantamiento de la moqueta porque se enganchaba con carritos y bicicletas, lo que llevó a la Policía Local a instalar discos prohibiendo la circulación de vehículos (motos y bicicletas). Por cierto, las señales tuvieron que cambiarse de sitio a los pocos días ya que afeaban la estética del puente, que tiene 53 metros de longitud y pendiente a ambos lados, por lo que no es muy recomendable para personas con movilidad reducida. Con el respeto a la obra original ha sido siempre muy obsesivo el proyectista valenciano, y son conscientes en el Ayuntamiento de que cada cambio que se haga, cada pequeña obra, debe contar con el beneplácito del artista. En Bilbao, Calatrava denunció al Ayuntamiento por la construcción de una rampa de acceso, y reclamó 3 millones de euros de indemnización por lesión al derecho moral de la propiedad intelectual, pero el juez le otorgó 30.000 euros. La huella de Calatrava en Murcia no se limita a la pasarela Jorge Manrique. Entre 1995 y 1999 se construyeron igualmente, con diseño del arquitecto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y la colaboración de Juan Jódar Martínez, otros dos puentes singulares, a la altura del Hospital Reina Sofía, con arcos inclinados 52,5º sobre la horizontal y tubos curvados parabólicamente. Cada uno de los tableros dispone de una zona peatonal lateral y 84 alojamientos de luminaria, por lo que iluminación nocturna es un espectáculo. Esta infraestructura vino a mejorar un puente existente. Toda la estructura, de 482 toneladas de peso y fabricada por la constructora sevillana Megusa, se colocó mediante 4 grúas de gran tonelaje. Dos proyectos muy selectos que, en el caso de Vistabella, aportaron modernidad y diseño al barrio, pero también muchos traspiés inesperados.

La pasarela y desdoblamiento del puente costaron al Ayuntamiento de Murcia 397 millones de las antiguas pesetas, casi 2,4 millones de euros al cambio actual.

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