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Estado en el que quedó el hotel tras los disturbios de la madrugada del pasado 1 de enero. :: A. SOLER
Marimorena de Fin de Año
REGIÓN MURCIA

Marimorena de Fin de Año

300 clientes destrozan un hotel de Águilas en Nochevieja por el robo de abrigos

ALFONSO SOLER

Miércoles, 6 de enero 2010, 19:45

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El Hotel Don Miguel de Águilas fue en la fiesta de Nochevieja el escenario de una batalla campal en la que intervinieron 300 personas. Una confusión que acabó con numerosos destrozos en el mobiliario del complejo, robos de prendas y más de un centenar de denuncias en la Guardia Civil. Seis días después de este violento episodio, la Benemérita todavía está tramitando denuncias de los afectados, incluido el propio hotel.

Todo empezó sobre las cinco y media de la mañana, cuando algunos asistentes se percataron de que sus abrigos y enseres habían desaparecido. El hotel había dispuesto un guardarropas pero, según algunos presentes, nadie del personal se encontraba a esa hora custodiando las prendas. Tras unas conversaciones con el resto de trabajadores del hotel, la indignación se apoderó de los invitados y cada uno 'canjeó' su prenda desaparecida por cualquier otra. La noticia corrió como un río de pólvora por toda la sala, lo que desató el caos.

«Sólo había un guardarropas con dos personas recogiendo abrigos para más de 2.000 personas tras haber pagado un euro por ello, con lo cual lo primero que se piensa es que esos abrigos van a estar bien seguros en el guardarropas y confías en que no les va a pasar nada», relata uno de los testigos. Además, esta noticia terminó por acabar con la paciencia de los presentes, que se quejaron previamente de «las colas para entrar al recinto, del frío, de la falta de bebida y de los cortes de música».

Sobre las 6.30 horas algunos de los asistentes que fueron a por sus abrigos, se quedaron atónitos «al ver que allí no quedaban ni los manteles de las mesas». La histeria colectiva posterior se saldó con numerosos desperfectos que aún no han terminado de cuantificarse, pero que suponen destrozos en los salones, ajuar de cocina, sillas, rotura de cristales, sanitarios, espejos, mostradores y destrozos en la recepción del hotel, así como el robo de bebidas alcohólicas.

Según el hotel, «el guardarropas siempre estuvo custodiado por parte de su personal y vigilado por varias cámaras de seguridad», que grabaron los sucesos y cuyas cintas están ahora en posesión de la Guardia Civil. Asimismo, el hotel reconoce que se vio desbordado ante la respuesta de los asistentes. Sus once miembros de seguridad decidieron no intervenir «porque la situación era incontrolable y lo único que podía pasar era que la noche acabara con heridos». En el tumulto participaron mas de trescientas personas, «por lo que su control fue imposible aún con la presencia de la Guardia Civil y la Policía Local, que aconsejaron la no intervención a fin de evitar otros problemas».

Algunos de los involucrados han acudido estos días al hotel para devolver «hasta cuatro abrigos» que se llevaron la noche de Fin de Año. Muchos de ellos sólo quieren recuperar la normalidad y olvidar.

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