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Melanie Kapu, ayer, posando delante de su bar, en la calle Actor José Crespo. :: RAFA FRANCÉS / AGM
El calvario de Melanie
MURCIA

El calvario de Melanie

Afirma que algunos vecinos le han puesto todo tipo de trabas para impedir que siga adelante con su negocio en El Carmen Una joven de Costa de Marfil denuncia «acoso y racismo» tras abrir un bar

M. DE LA VIEJA

Martes, 29 de diciembre 2009, 09:08

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Melanie Kapu es una joven natural de Costa de Marfil que llegó a Murcia con la ilusión de labrar su futuro. Hace dos años arrendó un local en la calle Actor José Crespo, en el barrio del Carmen, con el fin de instalar un bar e invirtió en su adecuación y decoración todos sus ahorros, que ascendían a unos 30.000 euros.

Pero el camino no ha sido fácil para Melanie, porque pronto encontró la oposición de algunos vecinos, que le han puesto «todo tipo de trabas» para que pueda desarrollar su actividad, pese a tener las correspondientes licencias municipales. Según declaraciones de Susana Esoloy Diabayate Ibrahima, dos compatriotas de Melanie, que la ayudan en su negocio, y que confirma la propia Melanie, los vecinos no dejan que enchufen el aire acondicionado, alegando que hace demasiado ruido, cuando la vecina del piso superior del bar tiene su aparato sobre la puerta del local y el desagüe del compresor baja por la fachada del bar hasta la acera, cosa que está prohibida por la ordenanza.

No le permiten que instale la salida de humos, ni que instale el compresor del aire acondicionado en la terraza, por lo que le niegan el acceso a dicha parte del edificio, pese a tener derecho a ello por ser arrendataria de un bajo. Tampoco le permiten instalar una cocina en el local, donde preparar las tapas, y por ello tienen que elaborarlas fuera del establecimiento y traerlas todos los días. La salida de humos de la cocina sería por el patio de luces, al que dan las cocinas de las viviendas, por lo que no causaría mayor perjuicio.

También se niegan a que pongan música e incluso le piden que apague la televisión «porque molesta».

Pero lo que más les duele a todos es que el rechazo vecinal está basado en que algunos de ellos no quieren tener «un bar de negros» bajo su domicilio, según han declarado públicamente, llegando incluso a echar sobre los clientes agua, y otro tipo de objetos, con el fin de ahuyentarlos.

Algunos vecinos le acosan con continuas denuncias a la Policía Local por ruidos, peleas y otras alteraciones del orden público, por lo que las visitas de los agentes al bar son muy frecuentes, sin que hasta el momento hayan encontrado ningún motivo que justifique las denuncias.

Puestos en comunicación con Joaquín Molina, secretario del sindicato mayoritario de la Policía Local de Murcia, a instancias de una de las asociaciones que apoyan a Melanie, éste señaló que desconoce si existe algún tipo de anomalía en el bar de Melanie, por lo que no puede opinar abiertamente, pero que ellos están totalmente en contra de las conductas xenófobas.

Cuando Melanie intentó negociar con la comunidad de vecinos que la dejaran instalar el aire acondicionado, la respuesta fue que «la dejaban a condición de que no hubiese negros en los bancos del parque ni en la puerta del bar». Melanie, que ayer estaba acompañada por Juan Guirado, de la asociación Convivir sin Racismo, dice sentirse desesperada. No puede cerrar el bar si nadie la indemniza con una cantidad que cubra como mínimo los gastos que ha tenido. Pero en el fondo de su corazón lo que le duele es que todo pueda ser por el color de su piel.

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