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«Escuchar el órgano de la Catedral de Murcia es la mejor terapia»José Enrique Ayana. Teólogo, organista y especialista en canto gregoriano
La Gacetilla

«Escuchar el órgano de la Catedral de Murcia es la mejor terapia»José Enrique Ayana. Teólogo, organista y especialista en canto gregoriano

MANUEL HERRERO

Sábado, 28 de noviembre 2009, 03:33

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José Enrique Ayana, teólogo y licenciado en canto gregoriano, es organista titular de la catedral de Sevilla desde hace medio silgo. Ha dado más de mil conciertos en 32 países, y como docente ha impartido música española en universidades y conservatorios de una docena de países. En Murcia, el jueves ofreció un concierto en la Catedral.

- ¿Por qué ha elegido un programa concreto para Murcia?

- Los programas se eligen según las características del órgano en que se van a tocar. No hay dos órganos iguales, y el de la Catedral de Murcia es único, sobre todo ahora con la restauración que han llevado a cabo y el mimo que tienen el cabildo y, especialmente, su organista titular, Alberto Guillamón. Un concierto en órgano no es determinado por una época musical o el país donde fue fabricado el instrumento. Los órganos contemporáneos cuentan con unos medios óptimos, que posibilitan que el organista interactúe con los oyentes. Éste de Murcia no ofrece esa posibilidad. Yo no veo al público, ni el público me ve a mí; por tanto no puedes percibir de forma directa si hay una conexión entre el organista y el público.

-¿Cómo es el órgano de la Catedral de Murcia?

-Es muy romántico, por ello mi concierto se ha basado en el romanticismo, pero evitando la música barroca. El órgano en sí es un instrumento muy romántico y debe llenar todo el espacio, todos los rincones de las capillas. Ésta es la peculiaridad única de este órgano de Murcia, su grandeza.

-¿Cómo ha visto la respuesta del público?

- En Sevilla utilizo un órgano de consola, y existe una interacción entre mis conciertos y el público; aquí es diferente, no estoy acostumbrado a tenerlos tan lejos, incluso ni los he visto mientras tocaba. Pero he notado un comportamiento correctísimo y han aplaudido intensamente, por lo que lleg a la conclusión de que los murcianos saben apreciar esta música. El único músico que toca un instrumento sin ver al público, y sin ser visto, es el organista. Nadie vio tocar a Juan Sebastián Bach; en Murcia ocurre exactamente lo mismo.

-¿Cómo soluciona usted esta situación?

- Simplemente situando pantallas de televisión con circuito cerrado en puntos estratégicos. Todos verían al organista mientras actúa.

-¿Cómo valora usted los Conciertos de Otoño que se están celebrando los jueves en la catedral?

- Observo que hay un gran esfuerzo humano y económico en su preparación. La música ha sido exquisitamente elegida, pero a mi entender creo que abusa el programa de Juan Sebastián Bach. Es cierto que este órgano es tan bueno que permite ser forzado, pero la música de Bach es para órganos barrocos y este órgano es sinfónico; es decir, es capaz de reproducir los sonidos de la flauta, el clarinete, el oboe, etcétera. En realidad es un precursor de la orquesta sinfónica. Para la música del siglo XIX es ideal. Murcia tiene en la catedral una joya que posiblemente no sepan apreciar en toda su extensión. Es elevarse a otro mundo sentándose ante él, y el público dejarse llevar por su música es la mejor terapia humana y celeste que pueden llevarse en su mente y en su corazón.

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