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«Aún subsisten en Moratalla creencias referidas a demonios y fantasmas»
A salto de mata JESÚS NAVARRO EGEA PSICÓLOGO Y ANTROPÓLOGO

«Aún subsisten en Moratalla creencias referidas a demonios y fantasmas»

«El aislamiento que han sufrido estas tierras altas marca el carácter de sus moradores, que muestran un repliegue sobre lo propio compatible con una amable hospitalidad»

POR: MANUEL HERRERO

Lunes, 16 de noviembre 2009, 02:00

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J esús Navarro es un todoterreno conocedor de cada rincón de su tierra, Moratalla. Sus dos últimas publicaciones, realizadas por la Real Academia Alfonso X el Sabio conjuntamente con el Ayuntamiento de Moratalla, versan en torno a temas de costumbres, supersticiones, juegos y leyendas, entre otros aspectos, relacionados con el contexto geográfico y social de estas altas tierras murciana.

- 'Supersticiones y costumbres de Moratalla', y 'Moratalla: Memoria de la vida tradicional', son dos grandes obras de perfil costumbrista dedicadas a este municipio. ¿Qué características principales le diferencian y le hacen único a este pueblo?

- El aislamiento más pronunciado del lugar durante siglos ha engendrado comportamientos relativamente peculiares, como un repliegue sobre lo propio compatible con una amable hospitalidad, marcando un devenir en donde el apego a lo original y la inmersión en una vida familiar extensa y con visos de clan primigenio, han definido y matizado la idiosincrasia moratallera.

- ¿Influye realmente el medio en la constitución de la personalidad y en las formas de comportarse de un grupo social o un pueblo? ¿En qué se caracteriza el moratallero?

- Sin duda alguna el pueblo muestra características geográficas y grupales que le diferencian significativamente en algunos aspectos de otras localidades. Nada es ajeno a la naturaleza y menos este rincón del noroeste murciano. Que el medio influye en el desarrollo psicobiológico, personal y social es un axioma sabido de siempre y hoy aceptado por la comunidad científica. Aquí el frío acuchilla más, la nieve despierta miedos y fantasías, el calor continental se amortigua con las brisas de los crepúsculos y las sierras son gigantes que se imponen y defienden con sus farallones. El carácter y esencia del poblador se amasa, entre más, con esos ingredientes.

- En los libros dedica bastantes páginas a la figura del burro, ¿tan importante es este animal para la vida cotidiana de Moratalla?

- El asno fue uno de los legados norteafricanos del mundo hispano, y Moratalla, montaraz por excelencia, se ha servido durante siglos de él contando en el siglo XIX con una cabaña de alrededor de 2.000 cabezas. Dentro de los estereotipos al respecto, las locuciones de cariz jocoso endilgadas a las localidades aplican a la villa que: «En Moratalla asoman los burros por la ventana», y entre las interpretaciones posibles naturalmente hay que incluir el hecho del elevado número de esos animales en tiempos pasados.

- ¿Qué tal anda el pueblo con los demonios y fantasmas?

- Aún subsisten creencias arraigadas en torno a tales mitos atávicos. El ecosistema y las supersticiones añejas y globales han contribuido mucho tiempo y aún hoy, al mantenimiento de figuras fantasmales y demoníacas silueteadas en calles empinadas y retorcidas o en espesuras boscosas y arroyos misteriosos, inmersas las gentes en la idea de que la muerte no es el fin de la existencia.

- En ciertos momentos suele decirse: «!Anda y que te parta un rayo¡»; si bien ustedes tienen por patrón al Cristo del Rayo; ¿existen oraciones, supersticiones, o es conveniente hacer algo cuando el cielo se pone encendido de rayos y truenos?

- El Cristo del Rayo en la villa y Santa Bárbara en su pedanía de Benizar son imágenes sacras que los lugareños veneran, de uno u otro modo, como protección contra agentes atmosféricos adversos. La altitud y el relieve del municipio propician semejantes fenómenos, al igual que las distintas formas de amparo: conjuros, alzamiento de cruces hacia los cielos, uso de objetos varios como tenazas abiertas en cruz que la nube, arrojar sal al suelo, exposición de niños en las calles en días tormentosos o recitar las mujeres letanías en habitaciones oscuras fueron rituales muy manidos contra la malignidad de los elementos climáticos.

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