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Ramón Sánchez, en un establecimiento de recreativos en Doha. / FOTO CEDIDA POR LA FAMILIA
«Debéis pagar por vuestra libertad»
REGIÓN MURCIA

«Debéis pagar por vuestra libertad»

Dos murcianos permanecen retenidos en contra de su voluntad en Qatar por los empresarios que les prometieron un trabajo y luego les enviaron a la cárcel

MARTA F. JIMÉNEZ

Viernes, 9 de octubre 2009, 11:35

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Vieron en Qatar la solución a la crisis laboral que atravesaban. Les hablaron maravillas y les prometieron un jornal muy suculento. Les aseguraron el viaje, la manutención, la vivienda y un empleo estable. Nada se cumplió. Por contra, se toparon de cara con jornadas maratonianas de hasta 15 horas de trabajo, dos sueldos de no más de 100 euros, el robo de toda la maquinaria que habían trasladado y el maltrato psicológico. Se vieron en un país desconocido, enfrentándose a un idioma que no entendían y vapuleados por unas personas que sólo buscaban aprovecharse de ellos.

Sufrieron la cárcel y la imposibilidad de abandonar el país. El empresario que supuestamente les contrató les retiró los pasaportes y les acusó de robo. Hoy, dos de los siete murcianos que se trasladaron, siguen retenidos en contra de su voluntad en Doha, capital de Qatar. «Debéis de pagar por vuestra libertad», es la frase que escuchan constantemente y que les está matando.

Pero esta truculenta historia comienza a principios de agosto en Corvera. Fue allí trabajando en una obra cuando un joven de Archena, Ismael, les comunica a Jesús Manuel Párraga, de 25 años, y a Ramón Sánchez, de 56, que un libanés, residente en La Unión y de nombre Yamal, busca trabajadores para realizar unos trabajos de pintura en Qatar. Les ofrece 3.500 euros de jornal y todos los gastos pagados. Tres meses de trabajo que podían suponer un alivio a la economía familiar. La única contraprestación que les pedían era trasladar la maquinaria necesaria para trabajar.

Lo meditaron, cerraron la pequeña empresa de pintura que tenían en Murcia y dieron una respuesta positiva. Reunieron a siete personas y partieron para Doha el 16 de agosto. «Cuando llegamos todo era normal. Nos enseñaron el sitio donde íbamos a vivir y el trabajo que teníamos que realizar. Era más de lo que nos habían explicado, pero lo asumimos», asegura Emeterio Garre Sales, uno de los trabajadores que han conseguido salir del país y ya está en Murcia.

Los problemas pronto empezaron a sucederse. Tres mallorquines que vivían en la misma vivienda que ellos les alertaron de que todo lo que les habían prometido era una estafa. «Mi marido empieza a investigar y comprueba que lo que cuentan es cierto y deciden marcharse», asegura Natalia Sánchez, esposa e hija de los dos murcianos que todavía siguen en Qatar.

Pero no les resulta nada fácil. Los problemas surgen cuando comprueban que el empresario de Qatar, Yousuf S. Sorour, responsable de Gold Service Group, tiene sus pasaportes y se niega a dárselos. «Siempre les daban largas con los pasaportes. Aseguraban que los necesitaba para hacerles los contratos, pero nunca se los hizo. Cuando se los pidieron con insistencia, él los denunció. Llegó la policía y se los llevó presos», asegura la esposa de Jesús Manuel Párraga.

La dureza de la prisión

Pasan dos días en los calabozos y uno en prisión acusados de robar sus propios pasaportes y 8.000 euros. Allí sufren todo tipo de humillaciones. «En los tres días que estuvimos detenidos no nos dieron más que una vez de comer. Nos aislaron y estuvimos más de 10 horas sin ir al baño», recuerda Emeterio.

Un juicio rápido les da la razón. Salen libres y sin cargos. Tres de los trabajadores logran salir de Qatar por tener un visado de turistas. Jesús Manuel y Ramón, con un visado de trabajo, no lo están teniendo tan fácil. Sus 'verdugos' siguen dirigiéndose a ellos como esclavos y reclamándoles 4.000 euros para salir.

Pero esta película de terror está a punto de acabar. Jesús Manuel y Ramón volverán a casa el martes. Y dejarán atrás una historia que se presentaba como una oportunidad de oro y que se ha convertido en la peor de sus pesadillas.

Sólo les quedará el buen recuerdo de un empresario gallego, José Antonio, que ha sido vital para ellos. Este hombre se ha encargado de darles trabajo para que pudieran ganar dinero para comer, les ha buscado ayuda para el juicio y los ha acogido en una casa que él ha costeado. Ha sido todo generosidad.

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