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Una investigadora trabaja en uno de los laboratorios de la Universidad de Murcia, en el Campus de Espinardo. / GUILLERMO CARRIÓN / AGM
Cerebros en fuga
Sociedad

Cerebros en fuga

El recorte del 15% del presupuesto para innovación desanima a los científicos murcianos Temen que los investigadores formados en la Región emigren a universidades extranjeras

F. CARRERES

Jueves, 8 de octubre 2009, 11:24

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Asumen el mileurismo crónico, las jornadas laborales de 10-12 horas, la inestabilidad y, a veces, el escaso reconocimiento social a su dedicación franciscana. Pero les puede -y les duele- pensar en la sola posibilidad de que todo lo avanzado hasta la fecha, todo el trabajo, esfuerzo y dinero invertido en su formación, termine haciendo las maletas para beneficiar a la excelencia de otro país.

El tijeretazo en los presupuestos dedicados a la investigación ha caído como un jarro de agua fría entre la comunidad científica murciana, pero especialmente, entre los más jóvenes becarios, que apenas habían comenzado a hacerse hueco en el duro mundo científico.

La reducción de cerca del 15% -las cifras no están claras, y varían según los conceptos analizados- de los recursos dedicados a investigación, anunciada por la ministra, ha hecho cundir el desánimo en las instituciones murcianas dedicadas a la investigación. «Después de muchos años a la cola, habíamos generado una inercia y un ambiente propicio para la investigación que podemos perder ahora. El desánimo es generalizado», admite José María Vázquez, vicerrector de Investigación de la Universidad de Murcia, quien garantiza que los proyectos en marcha tendrán continuidad.

El desencanto lo es más en una Región donde, además, no se parte de los primeros puestos: según los cálculos de la Academia de Ciencias, mientras España invierte de media un 1,3% del PIB en investigación, en Murcia la cifra se reduce en tres décimas, queda en el 1%. Si el presupuesto mengua aún más, al menos en la partida correspondiente al Estado (la Comunidad ha anunciado su intención de no rebajar los recursos), el ansia y dedicación con la que trabajan los investigadores «se convertirá en desesperanza», opina Ángel Ferrández, presidente de la Academia, quien tiene claro que los principales perjudicados (amén de la competitividad del país) serán los jóvenes. «Es una barbaridad, cortamos en seco la financiación ahora, cuando estábamos empezando a encaminarnos, y tiramos a la papelera todo el dinero que hemos gastado en la formación de los jóvenes. Es normal que se desanimen, y que si encuentran más oportunidades en otros países, las aprovechen».

Los esfuerzos en I+D+i, además de reducirse, se escoran hacia los proyectos industriales financiados con créditos, en lugar de la subvención de la ciencia. «Pero el dinero hay que devolverlo», recuerda el vicerrector de Investigación.

La ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, ha concretado sobre el presupuesto que aumentan para el año que viene los créditos (dirigidos a las empresas y proyectos industriales) y se reducen las subvenciones (que alimentan fundamentalmente el sistema científico). Los porcentajes son 15% de reducción en operaciones no financieras y 13,26% de aumento en los activos financieros. Además, el Ministerio confía en la inversión de la empresa privada.

El director del Centro de Edafología y Biología Aplicada (Cebas), Francisco Tomás, espera que así sea. «Este año, a pesar de la crisis, hemos subido en proyectos con empresas; nos ha venido muy bien». Para Tomás, los más perjudicados serán los jóvenes investigadores.

Lo mismo opina el catedrático de Medicina y Cirugía Animal de la UMU, Emilio Arsenio Martínez, que esta semana ha hecho públicos sus avances en la clonación de cerdos. «Tengo becarios muy cualificados, con tesis excelentes, estancias en el extranjero. Y, ¿qué les puedo ofrecer? Nada. Es normal que busquen oportunidades donde puedan». Muchos de ellos, a su pesar, empiezan a pensar en preparar las maletas.

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