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Un comerciante parte unos trozos de tarta para mostrarlos al público. /JOSÉ ALBALADEJO / AGM
Agitación en el medievo
CARTAGENA

Agitación en el medievo

El robo de embutidos, quesos y el destrozo de las lonas de los puestos empaña los últimos días del mercadillo de época

ROCÍO GONZÁLEZ

Domingo, 27 de septiembre 2009, 02:29

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Cuenta la leyenda de Robin Hood que robaba a los ricos para ayudar a los pobres. Frecuentes eran los hurtos de víveres en los mercadillos de la época en la que está ambientada dicha leyenda, la Edad Media. Aunque no sea comparable, en pleno siglo XXI, la historia se ha repetido al descubrir algunos comerciantes del mercado medieval, ubicado en el parque de la Rambla y que se clausura hoy a medianoche, que les habían robado.

Todo revuelto. Trozos de comida en el suelo y con la mitad de existencias de queso, longaniza o lomo que tenían la noche anterior. Esa es la imagen con la que se encontraron ayer por la mañana unos tres puestos de comestibles del mercado. De los ladrones, ni rastro.

«Para hacer todos estos destrozos se tienen que haber tirado bastante tiempo. Es raro que no les haya visto nadie», comentaba Cristina Fernández, una de las comerciantes afectadas, quien también criticaba la falta de vigilancia. «A nosotros nos prometieron seguridad y aquí está el resultado», se quejaba.

«Que no llueva»

La suerte no les ha sonreído a los artesanos en la XX edición de las fiestas de Carthagineses y Romanos. La lluvia no ha sido la culpable, por ahora. Sino la «poca afluencia de consumidores», según algunos vendedores.

Para algunos, los puestos de artesanía y productos típicos mantienen su atractivo. «Vengo todos los años y siempre compro algo», aseguraba Jesús Hernández. Para los que tienen que hacer caja, la situación no ha sido muy boyante. «Me han robado una báscula de pesar, han destrozado tartas de queso... y todos los daños me van a costar unos 800 euros, más de lo que estoy ganado en seis días», afirmaba con pesar Daniel Pérez, otro de los comerciantes afectados.

De los cincuenta puestos, al menos, una decena de ellos estaban cerrados ayer por la mañana. Poco eran los que decidieron visitar el recinto, algo que los artesanos achacan a «la falta de publicidad». «Yo no lo he visto anunciado en ningún sitio», aseguraba Christian Berret.

Ellos sólo rezan por que hoy las previsiones meteorológicas se equivoquen, no llueva y puedan obtener «mejores resultados».

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