Borrar
Imagen promocional de Lucinda Williams. La artista recoge en sus canciones el alma de Estados Unidos.
Lucinda Williams nos pide una cita
Cultura

Lucinda Williams nos pide una cita

La diva norteamericana del country alternativo ofrece hoy una de las actuaciones más esperadas de La Mar de Músicas

LA VERDAD

Jueves, 16 de julio 2009, 10:18

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Lucinda Williams, una de las artistas más veneradas de la escena folk-rock, la diva del country alternativo, la reina del rock de raíces, por fin en España. Nunca antes había pisado los escenarios españoles y hoy acude a La Mar de Músicas -su primer festival- en su segunda cita ibérica. Antes será el turno de los , los míticos Nass El Ghiwane, en la plaza del Ayuntamiento.

Lucinda Williams es un referente musical para muchos. Paradojas del negocio: en 1984, al llegar por primera vez a Los Angeles procedente de Nashville, se encontró con que, mientras la discográfica CBS en Nashville la consideraba demasiado rock para el country, CBS L.A. la veía demasiado country para el rock. Lucinda es hija de Miller Williams, el poeta que leyó uno de sus textos en la segunda toma de posesión de Bill Clinton. No ha vivido más de dos años en la misma casa. Y, aunque lleva tiempo en el sur de California, en los últimos tres se ha mudado ya tres veces. Nació en 1953 en Luisiana, y, cómo no, ha vivido en Nashville, Tennessee, pero también en Arkansas y en Texas. Tenía 14 años cuando vio actuar a Peter, Paul & Mary. La dejaron sin habla. Antes de eso quería ser como Joan Báez y que, más tarde, quiso escribir como Dylan.

En el 2002, la revista dijo que era la mejor autora de canciones de Estados Unidos. Canciones que han grabado artistas como Emmylou Harris (), Tom Petty () o Mary Chapin Carpenter (, con la que obtuvo el Grammy a la mejor canción de country en 1994).

Se considera una feminista muy interesada en las relaciones de pareja. Y cree que va a seguir escribiendo sobre ello hasta que se muera. Con temas como -de su disco (1988)-, que trata de la ruptura de una relación, se empezó a ganar el aprecio de la crítica. En 1978 grabó en Jackson, Misisipi, su primer disco, , para Smithsonian/Folkways Records: una colección de versiones de temas de country y blues. En 1980 publicó , ya con composiciones propias. (1998) -premiado con el Grammy al mejor disco de folk contemporáneo- le abrió las puertas del éxito. Una de las canciones de ese disco, , se incluyó en la banda sonora de la película de Robert Redford .

En (2001) se encuentra , canción que le proporcionó su tercer Grammy, por la mejor interpretación femenina de rock. (2007), dedicado a su madre, que acababa de fallecer, viene marcado por una tormentosa ruptura sentimental. Y su último disco, (2008), contiene un dúo con Elvis Costello, una canción sobre el desperdicio que suponen las estrellas de la música en la prensa del corazón y un tema de AC/DC. Sorpresa: asegura que estos últimos años sus discos favoritos están en la onda de Thievery Corporation y Gotan Project.

Para empezar, rock africano

Antes del concierto de Lucinda Williams, Cartagena se moverá al ritmo de Nass El Ghiwane. Se dice que Martin Scorsese -utilizó una de sus canciones en - los describió como unos Rolling Stones norteafricanos. Desde luego son casi tan longevos como el grupo de Jagger y Richards. Y su impacto fue tan notable en todo el norte de África que se convirtieron en una de las principales referencias para los jóvenes () músicos del raï argelino. Su nombre viene de los miembros de una antigua secta sufí: los ghiwanes, conocidos por su probidad, llevaban su sabiduría de aldea en aldea con cantos y poemas. La música hipnótica de Nass El Ghiwane -etiquetada como - suponía una ruptura con la tradición ya que se alimentaba de distintas fuentes -incluida la poesía del - y empleaba instrumentos como el banjo. Con canciones como o -hasta Khaled y Rachid Taha grabaron alguna- que, según Juan Goytisolo, «expresan la incertidumbre y angustia ante una situación histórico-social deteriorada e injusta, la soledad del hombre condenado a errar en un mundo corrompido y sin horizontes».

Nass El Ghiwane nació en un país autocrático en el que un simple comentario podía llevar directamente a su autor a la comisaría. Con palabras poéticas Nass El Ghiwane reflejaba el malestar de la juventud marroquí y la oprimida clase baja.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios