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REGIÓN MURCIA

Se disparan las demandas de ayuda a Cáritas de familias que no pueden pagar la hipoteca

La organización diocesana denuncia que más de un millar de personas viven en la calle en la Región

F. CARRERES

Sábado, 22 de noviembre 2008, 03:03

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Los nuevos pobres han empezado a ser multitud en los centros de atención de la organización de la Iglesia Cáritas. Son murcianos, hasta hace poco trabajadores precarios, y su vulnerabilidad ha hecho que la crisis financiera les haya convertido en sus primeras víctimas. Cáritas ha constatado un aumento de más del 40% de peticiones de ayuda procedentes de economías precarias. Si en 2007 se registraron más de 60.000 solicitudes de ayuda de este tipo, este año se cerrará con unas 24.000 más.

Muchas de esas demandas proceden de personas que solicitan ayuda porque no pueden pagar la hipoteca. «Se trata de usuarios que tenían una economía vulnerable, han perdido el empleo y se han encontrado con que no pueden pagar la letra. Después de buscar ayuda entre su familia, como último recurso, acuden a nosotros. Cáritas desde luego que no puede afrontar sus recibos, pero les ayudamos a buscar soluciones o simplemente les escuchamos», explicó ayer el secretario general de Cáritas Diocesana en Murcia, Antonio Sánchez, quien, junto a José Luis Leante, director general de la organización, presentó una campaña en favor de quienes no tienen hogar.

Entre los nuevos usuarios de Cáritas se encuentran también muchos ciudadanos que ya han sido avisados de que les cortará la luz o el agua por no pagar los recibos o que, sencillamente, no tienen dinero para comprar comida. Los demandantes son mujeres inmigrantes de 40 años que buscan empleo por primera vez y con maridos desempleados; mujeres españolas que han perdido el empleo, con baja calificación laboral y cargas familiares; familias nacionales, de todas las edades, en las que el padre ha perdido un empleo en la construcción, la agricultura o la hostelería, con hipoteca; jóvenes que tenían empleos precarios sin cualificación, y familias inmigrantes en paro que no pueden renovar la autorización de residencia.

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