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LA JEFA de la Demarcación, Francisca Baraza. / G. CARRIÓN /AGM
Baraza no descarta llegar a «soluciones urbanísticas» entre las administraciones
REGIÓN MURCIA

Baraza no descarta llegar a «soluciones urbanísticas» entre las administraciones

M. M. G.

Lunes, 1 de septiembre 2008, 03:00

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A pesar de que el asunto está en los tribunales, la jefa provincial de la Demarcación de Costas del Estado, Francisca Baraza, no descarta que el Ayuntamiento de Lorca y el Ministerio de Medio Ambiente puedan llegar a «algunas soluciones de carácter urbanístico» para salvar sus diferencias en torno al poblado de Puntas de Calnegre.

Aunque Baraza deja claro que, habiendo un proceso judicial de por medio, «habrá que esperar» y respetar las decisiones, «independientemente de lo que decidan los jueces, lo lógico es que Ayuntamiento y Ministerio aborden el asunto y analicen las mejores soluciones».

Sea como fuere, insistió en que la zona «ya estaba deslindada antes de la Demarcación» y en que la Ley de Costas define que el dominio público marítimo-terrestre depende de la naturaleza de las playas o acantilados. Así, su modificación, en este caso por la erosión de la playa -que se quiere evitar con el dique de abrigo-, es la causante de que los pilones que marcan el deslinde se movieran unos metros hacia el interior, incluyendo las casas más cercanas al mar.

En las Directrices sobre el borde costero, documento editado por el Ministerio, se constata que, en gran parte de los casi 8.000 kilómetros de costa de España, ha ido ocurriendo «de modo progresivo» un fuerte proceso urbanizador, que ha originado una utilización plenamente urbana de gran parte del litoral. «Muchos usos y actividades del litoral español son, sin embargo, fundamentales desde el punto de vista económico, pero a su vez conllevan una degradación que a largo plazo es negativa para la propia región litoral», reza el texto.

Además, «considera fundamental proteger la franja litoral de las fuertes demandas a las que se ve sometida, toda vez que se trata de un espacio caracterizado fundamentalmente por su alta sensibilidad y por presentar una difícil recuperación de su equilibrio físico. Por ello se hace preciso atender el borde costero o litoral, acondicionándolo de modo que sirva de barrera a la expansión urbanística, protegiendo los espacios públicos litorales y rehabilitando aquellos bordes especialmente degradados».

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