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ESPACIO VEGETAL. Un empleado muestra dos plantas en el vivero de Anse, en el barrio de la Concepción. / PABLO SÁNCHEZ / AGM
Vida a la casa, vida al monte
CARTAGENA

Vida a la casa, vida al monte

Anse cultiva en su vivero del barrio de La Concepción decenas de especies autóctonas que regala a los vecinos y usa para repoblar la sierra

ROCÍO GONZÁLEZ

Lunes, 11 de agosto 2008, 03:16

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Existían pocos ejemplares y algunos estaban, incluso, en peligro de extinción. El camino es lento, pero especies vegetales como la jara de Cartagena, la manzanilla de Escombreras o el palmito se recuperan progresivamente debido a las actuaciones de conservación de grupos ecologistas y a la concienciación de los vecinos.

Las instalaciones del vivero forestal del Barrio de la Concepción, propiedad de la Asociación de Naturalistas del Sureste (Anse), son el mayor centro de producción de planta autóctona en la comarca. Allí, decenas de voluntarios se encargan a diario de la recuperación de la vegetación de esta zona del litoral.

A veces no resulta tan fácil realizar estas tareas, ya que la diversidad de la vegetación y la dificultad para encontrar algunas especies que predominan sólo en las umbrías, en zonas boscosas o en las solanas de las laderas de los montes se lo ponen más difícil a los colaboradores de Anse.

«Hemos conseguido recuperar plantas de pequeño porte como el boj de Baleares y la jara de Cartagena. La jara era un caso muy curioso porque hace algunos años era muy abundante en las sierras de Cartagena. Lo que pasa es que con el cambio climático y el uso del terreno, para edificar o para la minería, parecía haberse extinguido. Al final hemos conseguido reproducir centenares de ejemplares», explica el portavoz de Anse, Pedro García.

La fiesta del árbol

Anse pone las plantas y las asociaciones de vecinos hacen el resto. Son estos colectivos los que más están favoreciendo la repoblación con especies autóctonas. Son cada vez más los barrios que organizan fiestas del árbol o, como ocurre anualmente en la zona de La Vaguada, en Canteras, que impulsan plantación arbóreas para limpiar solares.

Este año ya han sido repartidas cerca de un millar de plantas. La única condición que pone Anse al destinatario de las donaciones es las cuide. «A los vecinos a los que les regalamos las plantas sólo les pedimos que las rieguen al menos durante los dos primeros años porque en la mayoría de los casos es un tipo de vegetación que sobrevive a las sequías. Son plantas adaptadas a nuestro clima y fáciles de mantener», dice García.

La próxima repoblación de Anse será en otoño e invierno, ya que durante el verano las especies vegetales corren el riesgo de secarse. «Centenares de plantas irán a jardines, a zonas de Mazarrón, a Canteras y otras se destinarán a humedales de la zona de la depuradora de Cabezo Beaza», explica el portavoz del colectivo.

Más compromiso

Debido a que el cambio climático tiene cada vez más repercusiones, en Anse muestran su satisfacción por la mayor sensibilidad medioambiental. Algunos personas se ofrecen para realizar pequeñas plantaciones en su propiedades privadas. Además, se ha firmado un convenio de colaboración con el Ayuntamiento para conseguir una cubierta vegetal que se recupere por sí misma en caso de incendio

«Falta dar el gran paso a un mayor compromiso. La gente se queja demasiado pero no suele pasar a la acción y muchas veces pensamos más en crecer que en conservar lo que tenemos, que es lo prioritario», dice Pedro García.

El propio colectivo Anse tiene en marcha el denominado proyecto Araar, nombre con el que se denomina a las campañas de protección de la flora y de los espacios naturales. Uno de sus objetivos primordiales es enseñar a los ciudadanos el valor que tiene conservar los espacios naturales.

La Consejería de Desarrollo Sostenible y Ordenación del Territorio también pone su granito de arena y ha emprendido acciones para reforestar zonas como la Algameca o en La Muela Cabo Tiñoso.

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