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EN OBRAS. La calle del Pozo a su entrada desde La Serreta. / J. M. RODRÍGUEZ / AGM
En la calle del Pozo se hacían escobas En 1783 encontraron agua a dieciocho metros de profundidad de la que comenzó a surtirse los vecinos
Cartageneros en el Callejero lucas Briones

En la calle del Pozo se hacían escobas En 1783 encontraron agua a dieciocho metros de profundidad de la que comenzó a surtirse los vecinos

JOSÉ MONERRI

Lunes, 21 de julio 2008, 03:03

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La calle del Pozo es una de las vías urbanas que está experimentando su transformación al quedar reducida en parte por la urbanización del Monte Sacro que comprende Cantarranas. A ella se accede por la calle de la Serreta y se sale por la del Rosario. En su zona estaba la calle de la Bola que enlazaba con la calle del Barranco. Y a través de la calle del Rosario se podía comunicar con la también desaparecida Muralla de Tierra.

El primitivo nombre de la calle del Pozo fue, como recoge Federico Casal, carrerón del Cabecico de la Serreta, pero en los Padrones del Reparto de la Sal de la primera mitad del siglo XVIII y en los Aranceles de 1767, se le denomina calle del Palmitero, apodo de un Lucas Briones, que tenía establecido en esta calleja un almacén y taller para la confección de escobas, confines y serones para el envase del salitre.

En 1783, un individuo de procedencia italiana llamado Lorenzo Centurión, morador en la Serreta, obtuvo del Ayuntamiento la cesión de un sitio en el Cabecico de la Serreta para edificar una casa. Durante la construcción del inmueble halló en el terreno señales de encontrar agua abundante a las dieciocho varas de profundidad. De este pozo comenzó a surtirse de agua la gente de aquellos contornos y la calle tomó su nombre.

La calle de La Bola era un corto callejón que servía de travesía entre la calle del Barranco y la del Pozo, con lo que se ahorraba al vecindario el dar una gran vuelta para ir de una calle a otra. En cuanto a la calle del Barranco, a la que se entra por la calle de la Serreta y se sale por la del Rosario, tuvo como nombre primitivo el de La Pajera que comenzó a formarse como todas las enclavadas en las estribaciones del Monte Sacro, a principios del siglo XVIII. A mediados de este siglo desaparece el nombre primero y aparece con el de calle del Barranco.

Con respecto a la Muralla de Tierra (actualmente desaparecida) no era realmente una calle sino una fila de edificios que comenzaba en la rampa del Cabezo de la Serreta, corría por la estribación norte del Monte Sacro y terminaba en la parte montuosa.

Muralla de Tierra

Antes de ser demolidas las murallas comprendidas desde las Puertas de Madrid hasta los restos que quedaban a espaldas de Cantarranas, se llamaba Ronda o Muralla de Tierra a toda la fila de casas que comenzaban al final de la rampa derecha de las Puertas de Madrid y corrían dando frente a los parapetos de la muralla, edificaciones que se interrumpían en las proximidades del Parque de Artillería y de su foso, para continuar luego desde el Cuerpo de Guardia situado frente al baluarte denominado de Carlos V, por la media ladera del Monte Sacro hasta la parte abrupta de él.

En el centro, entre las dos escalinatas de subida, el Ayuntamiento proyectó levantar un monumento en honor y para perpetua memoria del sabio cartagenero Jiménez de la Espada. La verdad es que no se cuenta con dicho monumento, pero el municipio ha dado su nombre a una importante calle del Ensanche y a uno de los Institutos de Enseñanza, que en un principio tuvo la denominación de Isaac Peral, la cual fue trasladada a otro centro docente situado en las proximidades del Hospital Santa María del Rosell.

Esta zona de las calles Pozo, Barranco, La Bola y Muralla de Tierra, se están convirtiendo ya prácticamente en historia de una Cartagena que tenía intensa vida en unas estrechas vías urbanas que están desapareciendo para dar entrada a nuevas urbanizaciones. Pero el cartagenero sigue recordando un sector que era uno de los típicos de la ciudad.

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