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DE INCÓGNITO. Una imagen poco habitual del cantante Bob Dylan, cada vez más reacio a mostrarse en público. REUTERS
Bob Dylan no quiere pelusas
Cultura

Bob Dylan no quiere pelusas

El genio de Minnesota pide para su concierto de esta noche en la plaza de toros de Lorca 125 toallas que hayan sido lavadas una única vez

P. W. R.

Viernes, 4 de julio 2008, 09:22

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Dónde durmió anoche, dónde lo hará hoy, cuándo llegará, por qué puerta entrará, como será el espectáculo que ofrecerá y a qué hora está previsto que se marche, es una incógnita. Ni tan siquiera la dirección del festival Espirelia puede responder a alguno de éstos detalles. De esta forma, Robert Allen Zimmerman, Bob Dylan, quiere garantizarse la privacidad más absoluta, y hasta el momento lo ha conseguido.

Parece que el genio de Minnesota no quiere dejar ni un solo cabo suelto y cada uno de sus pasos en Lorca estará minuciosamente programado para evitar que cualquier detalle caiga en la improvisación. La orden más tajante hasta el momento ha sido la de evitar, a toda costa, que nadie pueda captar una imagen del genio ni antes, ni durante, ni después del concierto.

Para ello, se evitará la entrada de cámaras a la plaza de toros de Lorca. Su llegada podría producirse varias horas antes de iniciarse su actuación, en torno a las 21.30 horas, justo cuando el sol concede una tregua al ruedo, donde se sitúa el escenario. Una inmensa mole de hierros que cubre más de la mitad de la arena. El montaje incluye una gran carpa que evitará las, casi imposibles en estas fechas, inclemencias del tiempo.

Puestos a no dejar nada en el olvido la megaestrella ha pedido más de un centenar de toallas para poder secar su sudor durante su repertorio. El color le importa poco, aunque en lo que sí ha puesto mucho énfasis es en que todas ellas hayan sido lavadas una única vez. De esta forma, pretende evitar las molestas pelusas que se pegan a las barbas cuando uno lleva varios días sin ver la cuchilla.

Lo de su llegada con bastante anterioridad estaría justificado con algunas de sus peticiones habituales. El cantante ha pedido varias cocinas para que le puedan hacer sus recetas favoritas. Poco antes de iniciarse el concierto, si los asistentes ven salir humo de la trastienda será que el menú de Dylan está casi a punto de aterrizar en su improvisado comedor que se instalará en el propio ruedo. Sus caprichos no han ido más lejos, por lo que no puede ser calificado como antojadizo. Algunos kilos de hielo y neveras para refrigerar bebidas completan sus peticiones, que distan mucho de otros genios de la música.

Fans británicos

El espectáculo está servido, dentro y fuera, del coso de Sutullena. Curiosas también las peticiones de algunos fans, ya entrados en años, que han pedido a la organización sillas para el espacio del ruedo. Más de 5.000 personas se esperan que lleguen desde distintos puntos de la geografía española. Entre ellos, han confirmado ya su visita un gran número de ingleses de las playas de Alicante y Almería. Los primeros está previsto que lleguen esta misma mañana y que hagan cola para conseguir los mejores sitios, delante del escenario. Con un poco de suerte, si finalmente la hay, podrán oir los primeros cánticos de Dylan durante la prueba de sonido, aunque ésto también es una incógnita.

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