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MÉDICO Y POETA. L. Carlos de Torres Segovia /LA VERDAD.
«Con mis poemas sólo busco que quede constancia de lo que pienso»
A salto de mata L. CARLOS DE TORRES SEGOVIA DOCTOR EN MEDICINA Y POETA

«Con mis poemas sólo busco que quede constancia de lo que pienso»

La Fundación Cajamurcia, en la que trabaja como médico, le ha publicado 'Ansias de vivir', que recoge sus «sentimientos en forma de versos»

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Domingo, 15 de junio 2008, 03:32

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Aunque se le nota emocionado con su libro de poesía, Ansias de vivir, resulta que L. Carlos de Torres Segovia no es poeta declarado, sino el médico que atiende al personal de Cajamurcia, en su despacho de la planta segunda del edificio de la Gran Vía. Pero se nota que la poesía le mueve y le conmueve, porque ha sido gran lector de Machado Juan Ramón Jiménez, García Lorca...

-¿Por qué ha pasado de ser lector de poesía a ser poeta?

-Creo que todo coincidió con mi etapa de inicio de abuelo, hace seis años. Entonces empecé a escribir sobre mi mujer, sobre mis nietos..., pero no pensaba que aquello se pudiera plasmar de forma específica, que llegara a convertirse en libro. Leía mis versos a las dos fans que tengo: mi mujer y mi suegra. Lógicamente, me decían que mis poesías eran preciosas. Y eso me animó a ampliar el campo de aquellos a quienes yo leía, mis hijos y mis amigos, y a seguir escribiendo.

-Hasta que se atrevió a dar el paso de publicar.

-Es que mi mujer me insistía tanto... Y en connivencia con Juan Roca, Carlos Egea y Jorge Conde, el año pasado, cuando cumplía sesenta años, me regalaron, por decirlo de algún modo, publicar mis poesías. Como la Fundación Cajamurcia tiene un capítulo para estas cosas, me dijeron que sería un modo de que quedara constancia para mis amigos.

-No parece que fuera para usted un regalo de segundo orden.

-¿Qué va! Recopilé los cincuenta y cinco poemas que más me gustaban. Me los corrigió mi buen amigo Pascual Martínez, una gran persona, a la que quiero mucho, y que trabaja en la Fundación. El libro recoge mis sentimientos en forma de versos. Y cuando se presentó, fue para mí un auténtico homenaje, con todo el salón lleno de amigos que me expresaron su cariño. Algo inolvidable. Yo leí trocitos de algunos poemas, para que fueran conocidos por los asistentes.

-¿Acaba con el libro su obra poética?

-No; tengo escritos muchos más poemas y voy a seguir escribiendo, animado por este acontecimiento. Si algún día surge otra ocasión propicia, ahí estarán mis versos.

-¿Hay algún tema que predomine en sus poemas?

-La vida, mis sentimientos. Escribo sobre el terror, las víctimas, los médicos, el otoño, el garrochista, el banderillero... También me gustan muchos los toros.

-¿Y por qué no se hizo torero?

-No quería ser torero, sino garrochista, como ese hombre que vive el campo, que vive con los toros, que los cuida. Es que me crié en Jaén, y mi padre, que también era médico, me contaba lo que le sucedía cuando iba a ver a los enfermos a caballo.

-¿Ha roto muchos poemas?

-He roto y he tachado. Todo lo escribo a bolígrafo, antes de pasarlo a ordenador. Yo no busco escribir. Lo que sucede es que la inspiración me llega en cualquier momento. Una vez, en un viaje a San Petersburgo, me llegó la necesidad de escribir. Pregunté a mi mujer si llevaba papel. Me dijo que no, pero en una carta de embarque escribí un poema sobre la suerte de nacer. Es que a ocho mil metros d e alturas, en un avionazo, entre nubes... pensé en la suerte de la persona que nace.

-Fácil inspiración la suya, sí.

-Sí, ya lo he dicho. A veces, me he llegado a despertar a las cuatro de la mañana. Me ha asaltado un verso y como tengo muy mala memoria, he escrito lo que pensaba. Luego, ya tendré tiempo de ampliarlo.

-¿Que le gustaría que quedase de su poesía?

-La sinceridad. Yo no he escrito pensando que estaba haciendo una obra literaria. He tenido unos sentimientos, los he escrito y sólo busco que quede constancia de lo que pienso.

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