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Un niño vestido de Panchen Lama participa en Nueva Delhi en una representación contra la represión china en Tíbet. / AFP
China claudica para salvar los Juegos
MUNDO

China claudica para salvar los Juegos

Pekín anuncia que está dispuesto a retomar la negociación con el 'demonizado' Dalai Lama en un intento de lavar su imagen tras aplastar la revuelta de Tíbet

PABLO M. DÍEZ

Sábado, 26 de abril 2008, 02:57

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Tras la represión, el diálogo. Así funciona el régimen comunista chino, especialista en manejar los tiempos con paciencia oriental. Casi un mes y medio después de que en Tíbet estallara la peor revuelta en las dos últimas décadas, Pekín anunció ayer su disposición a retomar las negociaciones con el Dalai Lama, la máxima figura política y religiosa del budismo, que permanece en el exilio desde hace medio siglo debido a la ocupación de esa región del Himalaya.

Coincidiendo con la cumbre entre China y la Unión Europea que ha llevado a Pekín al presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y a otros nueve comisarios, la agencia estatal de noticias Xinhua informó de que el Ejecutivo central se reunirá durante los próximos días con representantes del Dalai.

«En vista de las repetidas demandas efectuadas por el Dalai Lama para reanudar las conversaciones, el Gobierno mantendrá contactos y consultas con sus enviados», difundió Xinhua citando fuentes oficiales, quienes aseguraron que «la política de China hacia el Dalai ha sido coherente y la puerta del diálogo ha permanecido abierta».

El régimen comunista trata así de limpiar su imagen tras las protestas que han ensombrecido el recorrido de la antorcha olímpica de los Juegos de Pekín 2008 sobre todo a su paso por París, Londres y San Francisco. Además, China aprovecha la visita de las autoridades europeas para enviar un gesto al mundo, aunque sin mostrar por ello ninguna debilidad porque ha aplastado con contundencia la revuelta tibetana y ha cerrado a cal y canto tanto esta región, que es el doble de España, como zonas de las provincias limítrofes de Qinghai, Gansu y Sichuan donde también se han registrado disturbios.«Es de esperar que, a través de la negociación, los partidarios del Dalai adopten movimientos creíbles para detener las actividades que pretenden separar a China y dejen de conspirar e incitar a la violencia para alterar y sabotear las Olimpiadas con el fin de crear las bases para el diálogo», concluyó la fuente mencionada por Xinhua, que, en este régimen donde los medios de comunicación están férreamente controlados por la censura, representa la voz del Gobierno.El cambio de actitud de Pekín, que hasta ahora había demonizado al líder del budismo tibetano al definirlo como un «lobo vestido de monje» y a su «camarilla» como una «partida de terroristas», ha sido acogido con moderada satisfacción en las autoridades en el exilio, refugiadas en la ciudad india de Dharamsala.

«Su santidad el Dalai Lama siempre ha querido resolver la cuestión de Tíbet a través del diálogo cara a cara con las autoridades chinas», indicó el primer ministro, el monje Samdhong Rinpoche, en un comunicado oficial. Sin embargo, el Kalon Tripa también manifestó su preocupación por la población de la región debido a la represión y precisó que «será necesaria la normalización en las áreas tibetanas para retomar las conversaciones». Para ello, recomendó a Pekín «reconocer el papel positivo del Dalai Lama en lugar de demonizarlo».

Nueva oportunidad

Pero, al margen de estos matices, el anuncio supone un punto de inflexión en la crisis y una nueva oportunidad para solucionar el conflicto, aunque las seis rondas de contactos que ambas partes han mantenido desde 2002 concluyeron a finales de 2006 sin resultado.

Si bien Tíbet ha formado parte del imperio chino cada vez que sus dinastías eran lo suficientemente fuertes como para controlarlo, la región lucha por su independencia desde que el Ejército la invadiera -«liberara», según la propaganda del régimen comunista- en 1950, un año antes de su anexión oficial a la República Popular.

La nueva puerta a la esperanza que se abre en esta región también ha sido aplaudida por Durao Barroso, quien ayer se entrevistó en Pekín con el primer ministro Wen Jiabao. «Si, como ha asegurado en repetidas ocasiones, la principal preocupación del Dalai es el respeto a la identidad cultural y religiosa en Tíbet, creo que en esta ocasión hay espacio para el diálogo», explicó el presidente de la CE.El político portugués se ha anotado un tanto diplomático al parecer que la cumbre entre la UE y China, que tenía como objetivo analizar el superávit comercial de la 'fábrica global' y mejorar las deterioradas relaciones por la crisis tibetana, ha influido en la sorprendente decisión del régimen comunista, impensable hasta ayer.

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