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IMAGEN. La Virgen, en la hornacina, sin cetro. / R. FRANCÉS / AGM
Roban a la Virgen de la Candelaria de la iglesia de Santa Eulalia un cetro de plata del siglo XVIII
MURCIA

Roban a la Virgen de la Candelaria de la iglesia de Santa Eulalia un cetro de plata del siglo XVIII

M. DE LA VIEJA

Miércoles, 23 de abril 2008, 10:27

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La feligresía de Santa Eulalia está desolada por el robo sacrílego ocurrido hace unos días en la iglesia. Aprovechando uno de los momentos en que el templo estaba vacío, alguien se introdujo en la iglesia y le arrebató a la Virgen de la Candelaria un cetro de plata que data del siglo XVIII.

La imagen de la Candelaria, una bella talla del siglo XVIII que es atribuida por los expertos a Salzillo, está colocada habitualmente en una capilla situada en el lateral derecho del crucero. Hasta allí llegó o llegaron los autores del robo y arrebataron de las manos de la Virgen el cetro, que está catalogado como pieza artística y mientras que el valor del metal puede ascender a los 3.000 euros.

Dicho cetro hace juego con una preciosa corona de plata, que formó parte de la exposición Huellas por su interés artístico. Dicha corona sólo la utiliza la Virgen de la Candelaria en contadas ocasiones, por eso no la llevaba el día de autos.

Sin embargo el ladrón o ladrones también intentaron sustraerle a la Virgen la corona que lucía en ese momento.

Se trata de otra corona de plata del siglo XIX, de menor valor de la expuesta en Huellas, y que es la que usa la Virgen habitualmente para el culto normal.

En el intento de arrancarle la corona, la Virgen quedó descolocada de su sitio, volcada hacia atrás, de forma que podía haber sufrido daños mayores.

Finalmente la corona se mantuvo en su sitio, quizás porque el ladrón no acertó a abrir el sistema de fijación a la cabeza o porque entró alguien en la iglesia y se vió obligado a huir.

Además se echó de menos otro objeto de culto, concretamente un bello crucifijo de bronce que estaba en la capilla del Santísimo. Dicho crucifijo es de época moderna, pero también tiene un alto precio en el mercado.

Por suerte, posteriormente el párroco, Manuel Ros, aseguró que el crucifijo ha aparecido en otro sitio de la iglesia y que tiene esperanza de que ocurra lo mismo con el cetro.

El párroco Manuel Ros, por sus declaraciones a este diario, parece como si tuviera cierta sospecha de quién puede haber cometido el robo, y que confía en poder recuperar la pieza, pues según algunas fuentes no ha dado todavía parte a la Policía.

La iglesia parroquial de Santa Eulalia fue construida en el siglo XVIII, durante el episcopado de Manuel Rubín de Celis, sobre los cimientos de un templo medieval anterior, que a su vez se había construido sobre el solar de una mezquita poco después de la toma de la ciudad por parte del rey Jaime I, en 1266. Se trata de una de las parroquias más antiguas de la ciudad, y con mayor historia.

A la iglesia de Santa Eulalia, se anexionó en los años ochenta del pasado siglo, la capilla llamada de San José, construida en el XVIII por el gremio de carpinteros sobre un solar ubicado entre la parroquia y la muralla, al que anexionaron un solar contiguo a una de las torres de la muralla de la ciudad.

Después dicha capilla fue cedida a los Filipenses, congregación que había traído a Murcia el Cardenal Belluga. Precisamente el Cardenal Belluga, estando ya en Roma, envió para la citada capilla un hermoso crucifijo de alabastro, que después se colocó presidiendo el altar mayor de la parroquia de Santa Eulalia, y que ha gozado de gran devoción por parte de todos los murcianos.

Hubo un tiempo en que la tradición decía que muchos enfermos sanaban al ungir sus cuerpos con el aceite de la lámpara que iluminaba dicho crucificado. En la actualidad, varias tallas de Salzillo componen su tesoro artístico de la iglesia.

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