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La leyenda asegura que Gibraltar dejaría de ser británica si los monos abandonan la colonia. /REUTERS
Gibraltar sentencia a muerte a sus monos
símbolos del peñón

Gibraltar sentencia a muerte a sus monos

La numerosa población de macacos se ha convertido en una molestia pública y las autoridades de la colonia británica tienen previsto sacrificar al menos a 25 ejemplares

AGENCIAS |

Miércoles, 16 de abril 2008, 18:20

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Los monos pueden dejar de ser, junto al Peñón, uno de los símbolos de Gibraltar si las autoridades de la colonia británica siguen adelante con sus planes de sacrificar al menos a 25 de los famosos primates -dos ya han sido ejecutados-. La causa de esta decisión es que la numerosa población se ha convertido en una molestia pública.

Sin embargo, la leyenda que asegura que Gibraltar dejaría de ser británica si los monos abandonan la colonia no tiene visos de cumplirse por el momento. Los dirigentes del Peñón han decidido matener un grupo simbólico de 200 monos, pero imponiendo un estricto control de natalidad para que el número de componentes de la manada no se vuelva a disparar.

Riesgo de enfermedades y protestas

El mes pasado, el Gobierno gibraltareño amenazó con poner fin a la orgía sexual y reproducción sin freno de los macacos y anunció los sacrificios. El ministro de Turismo de Gibraltar , Ernest Britto, explicó entonces que los monos habían salido de sus zonas restringidas y que el contacto con ellos "conlleva el riesgo de salmonella o hepatitis".

Franco Ostuni, director general del Hotel Caleta, donde las habitaciones de los invitados han sido destrozadas por los monos que andan buscando comida extra, ha comentado que las personas que quieren protegerlos y aceptar la infecciones de los monos en Gibraltar no tienen que vivir allí ni sufrir sus destructivas consecuencias.

Las protestas contra la medida no se han hecho esperar y la Liga Internacional para la Protección de los Primates en Reino Unido ha amenazado con convocar un boicot turístico en el Peñón si el Gobierno local no para la matanza.

Una historia de la II Guerra Mundial

Hay que remontarse a la II Guerra Mundial para conocer el inicio del problema. Entonces, el número de monos descendió tanto que el primer ministro británico Winston Churchill importó decenas de ellos del norte de Africa. Los monos estuvieron bajo control durante décadas cuando unidades del Ejército británico salían regularmente a hacer maniobras de tiro para mantener la población.

Pero un incremento de la sensibilización medioambiental y el brusco declive de la presencia militar británica vieron cómo en la década de 1990 estos animales disfrutaban del sexo libre e incluso eran cada vez más alimentados por el creciente turismo que vivió la Roca a partir de 1985. Desde entonces, la cifra de monos se ha disparado en el Peñón y han pasado de ser la solución a convertirse en el problema.

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