Borrar
SOCIEDAD

El fin del mundo, en los tribunales

Un juez de Hawai admite a trámite una demanda contra el laboratorio europeo CERN para que no conecte el acelerador de partículas

JOSÉ MANUEL NIEVES

Martes, 1 de abril 2008, 10:49

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Para el norteamericano Walter L. Wagner y el español Luis Sancho, el fin del mundo está mucho más cerca de lo que nadie pueda pensar. De hecho, el día del juicio final podría coincidir, si alguien no lo impide, con la puesta en marcha (prevista para este verano) del LHC, el mayor acelerador colisionador de partículas jamás construido por el hombre. Cuando la colosal máquina entre en funcionamiento en el CERN, el laboratorio de física europeo, cuyo anillo acelerador de 27 kilómetros es el mayor que existe en el planeta, los científicos pondrán en juego fuerzas de una magnitud desconocida en el Universo desde su creación misma, hace 13.700 millones de años, en el explosivo instante que la Ciencia (y la opinión pública) conoce como Big Bang.

Por eso, Wagner y Sancho han decidido interponer una querella que impida, o que por lo menos retrase hasta que se disipen las dudas sobre su seguridad, la conexión de la gigantesca máquina. La demanda fue interpuesta el pasado 21 de marzo ante un tribunal de Honolulu, en Hawai, donde Walter L. Wagner reside. Y afecta, además de al citado laboratorio europeo, también al Departamento de Energía de los Estados Unidos, al laboratorio de física norteamericano Fermilab y a la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, estos últimos por facilitar en distinta medida los preparativos finales y la puesta a punto del LHC en un momento en que la seguridad del acelerador no estaba aún garantizada. La primera comparecencia de las partes implicadas está prevista para el próximo 16 de junio.

Y aunque nadie piensa en serio que esta acción judicial sea capaz de retrasar un proyecto internacional de gran envergadura y en el que Europa lleva trabajando casi dos décadas, sí es cierto que servirá para suscitar un auténtico juicio popular alrededor de una instalación científica y una tecnología que también cuentan con enemigos y detractores.

Wagner, que estudió Física e investigó sobre rayos cósmicos en la Universidad de California en Berkeley, y Sancho, que se define a sí mismo como un «investigador de la teoría del tiempo», recogen en efecto las dudas y temores ya expresadas por algunos científicos. Entre ellas, la posibilidad de que, al conectarse, el LHC sea capaz de generar uno o múltiples agujeros negros microscópicos, alguno de los cuales, en lugar de evaporarse, como predice la teoría formulada por Stephen Hawking, alcance una estabilidad que le permita crecer hasta tragarse al planeta entero. O la posibilidad de que se generen monopolos magnéticos, unas partículas «exóticas» que tendrían la capacidad de dejar «fuera de servicio» a los núcleos atómicos ordinarios. O que los quarks generados en los experimentos se unan entre sí de forma diferente a la habitual, contagiando a toda la materia de la Tierra y convirtiéndola en materia extraña...

Recrear el 'Big Bang'

A 100 metros bajo tierra, en la frontera entre Francia y Suiza, el Gran Colisionador de Hadrones, el mayor instrumento científico jamás construido, emerge como una catedral de cables y acero dispuesta a arrancar los secretos de la creación del universo. En una fecha aún por determinar, en julio o agosto, dos haces de protones se cruzarán a una velocidad próxima a la de la luz en el interior de un túnel en forma de anillo de 27 kilómetros de circunferencia. En cuatro puntos diferentes, estos haces chocarán entre sí en enormes colisionadores, cuya misión consiste en analizar cada segundo las partículas resultantes de la colisión de dos mil millones de protones en condiciones semejantes a las registradas justo después del Big Bang.

Por el momento, los técnicos se afanan en poner a punto los colisionadores, el mayor de los cuales, Atlas, mide 25 metros de diámetro por 46 metros de largo. El helio líquido permite enfriar hasta una temperatura de -271 grados los imanes superconductores, que son los que se encargan de orientar los haces, el uno hacia el otro. Dentro de los colisionadores, la temperatura superará a la del Sol. Las colisiones podrían crear materia oscura y energía oscura, que componen el 96% del universo. Es esta perspectiva la que suscita inquietud. «Recibimos muchas llamadas de personas preocupadas», reconoce Sophie Tesauri, de la oficina de prensa del CERN. «Pero no hay nada que temer: la cantidad de materia oscura será ínfima», agrega. No todo el mundo comparte su optimismo.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios