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ECONOMÍA

Iberdrola y Gas Natural presentarán al nuevo Gobierno un proyecto de fusión

ACS puede abandonar el accionariado de la eléctrica vasca para concentrarse en Fenosa, donde daría entrada a la francesa EDF Sánchez Galán se mantendría en la presidencia con plenos poderes

MANU ÁLVAREZ

Martes, 1 de abril 2008, 02:26

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Iberdrola y Gas Natural están a la espera de la conformación definitiva del nuevo gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, para presentar al Ejecutivo un proyecto de fusión de la dos compañías, cuyos detalles financieros e industriales se negocian de forma intensa desde hace ya algunos días y que pretende convertirse en un freno definitivo al intento de la francesa EDF de 'asaltar' el accionariado de la eléctrica vasca.

La operación cuenta ya con el respaldo «firme» del vicepresidente del Gobierno para Asuntos Económicos -todavía en funciones-, Pedro Solbes, y permitiría crear una auténtica macro-compañía del sector energético, con una posición de liderazgo en tres de sus vectores claves -la generación eléctrica convencional, el incipiente mercado de las renovables y la distribución de gas natural-, al tiempo que contribuiría definitivamente a organizar un «accionariado estable» en una compañía y en un sector estratégico como éste. «Aunque se conoce el respaldo de Solbes -apuntaron ayer fuentes conocedoras de la operación- es necesario esperar a conocer la estructura definitiva del gabinete de Zapatero, saber qué sucede con el área de Energía e incluso quien ocupa la oficina económica de Moncloa, para hacer una presentación formal del proyecto al Gobierno».

Negociación en marcha

La operación, aclaran, tiene aún numerosos detalles financieros e industriales sobre los que se está trabajando, debido al gran número de actores que deben entrar en juego y también a las diferencias de valoración. En estos momentos, Iberdrola vale en Bolsa casi cinco veces más que Gas Natural, por lo que no se descarta que Repsol entre también en liza, no sólo como accionista de referencia sino también aportando algunos activos. El objetivo último es diseñar un modelo que permita hablar de «acuerdo de fusión» y no de «absorción» de Gas Natural por parte de Iberdrola.

En lo que sí existe un consenso muy avanzado, apuntan las mismas fuentes, es en los grandes rasgos de la fotografía final del proceso. Entre ellos, el hecho de que La Caixa, accionista de referencia de Gas Natural, pasaría a ser también el inversor líder en la futura composición del accionariado resultante de la nueva compañía. Un detalle que se acepta de buen grado en el seno de la Bilbao Bizkaia Kutxa -el principal referente vasco de la eléctrica-, ya que el modelo industrial final cuenta con el respaldo de la caja que preside Xabier Irala y, además, se mantendría la sede social en la capital vizcaína.

Tampoco hay discusiones sobre la dirección ejecutiva de la nueva empresa. El mantenimiento en la presidencia de Ignacio Sánchez Galán, con plenos poderes, añaden, está garantizado. Galán se ha ganado fama de gestor eficaz y ha sabido jugar sus cartas de forma muy inteligente desde que se hicieran públicas las conversaciones entre la constructora ACS y la francesa EDF para instrumentar una OPA sobre la compañía eléctrica. «En vez de salir al mercado a buscar un competidor para esa OPA -apuntan algunos observadores destacados- ha sabido remar en la línea que le pedía Solbes y también algunos accionistas destacados, como la BBK, para buscar la alianza con Gas Natural y Repsol».

Una de las claves de este proyecto, al parecer, es la de dar una salida airosa a ACS -controla en torno al 13% de las acciones de Iberdrola-, cuyo presidente, Florentino Pérez, ha sido el principal instigador de los movimientos accionariales. La operación también pasa por otra salida de similar calibre para EDF, con el objetivo de no dañar las buenas relaciones que mantienen los gobiernos francés y español y también el compromiso asumido personalmente por Zapatero ante el presidente Sarkozy, de facilitar la entrada de la eléctrica gala en el mercado español.

El futuro de Fenosa

En ese diseño final sobre el que ya se trabaja, ACS vendería su participación en Iberdrola -previsiblemente a Gas Natural y con carácter previo a la fusión-, lo que le permitiría obtener importantes plusvalías, al tiempo que relajaría uno de los principales problemas que pasan en estos momentos por la cabeza de Florentino Pérez: el elevado endeudamiento de ACS en un momento de estrechez del crédito y de desaceleración del sector de la construcción, el corazón de su negocio. Para caminar hacia el 'cierre del círculo', ACS debería vender también una parte de sus acciones de Fenosa -la eléctrica gallega de la que es socio mayoritario- a EDF o bien 'ceder el paso' a la eléctrica gala en una ampliación de capital. Y, para completar definitivamente la 'fotografía', el Gobierno estaría dispuesto a favorecer que sea Fenosa, ya con EDF dentro, quien adquiera los importantes activos de generación y distribución de los que se tendrían que desprender Iberdrola y Gas Natural, para evitar una excesiva concentración de mercado.

La hipótesis de fusión de Iberdrola y Gas Natural no es un escenario nuevo, ya que los intentos de 'matrimonio' han sido varios, aunque hasta ahora todos fracasados. Sí han tenido un denominador común, incluso en la nueva iniciativa: los grandes movimientos siempre se han producido en primavera. El más contundente se produjo en abril de 2003, cuando Gas Natural decidió presentar una OPA sobre la eléctrica vasca, que desbarató la Comisión Nacional de la Energía, al entender, en términos coloquiales, que cuando un pez chico pretende comerse a uno grande, puede fallecer por indigestión. Y eso, en un sector estratégico pasa a ser un problema de Estado. Un nuevo intento, aunque mantenido siempre en secreto, se esbozó también en la primavera de 2007 pero La Caixa decidió no seguir adelante al no contar con un respaldo decidido y claro del gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero.

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