Borrar
COMUNES. La mayor parte de las bodegas de la Región acogen en sus barricas caldos de las dos grandes denominaciones de la Región. En la imagen, la cava de Bodegas Castaño, en el municipio de Jumilla. / J. LEAL
Unidos por el vino
COMARCAS

Unidos por el vino

Bodegueros, viticultores y Administración ven con buenos ojos unir las denominaciones de origen de Yecla y Jumilla

CARMEN ORTÍN

Miércoles, 26 de marzo 2008, 09:34

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Si el vino viene, viene la vida, vuelvo a tu viña, tierra querida». Así reza una canción del mítico grupo de origen yeclano Vino Tinto, que sirvió para promocionar esta tierra de buenos caldos en la década de los años 70 y principios de los 80. Y es que, el vino es la vida de miles de familias yeclanas y jumillanas, así como de otras muchas del Noroeste de la Región, una forma de vida, el origen de su dedicación diaria y el sustento de su economía.

Los viñedos y el vino unen a los municipios de Yecla y Jumilla, que comparten variedades, clima, zonas de cultivo e incluso bodegas y formas de elaboración. Sin embargo, cada una cuenta con una denominación de origen, lo que dificulta su promoción y la defensa de sus intereses. Máxime cuando la reforma de la OCM del vino establece que las ayudas se bareman en función de la superficie cultivada, y no la producción. Así que a mayor extensión -Yecla y Jumilla sumarían en total 42.000 hectáreas-, más dinero. Y de nuevo han surgido voces desde el sector y la Administración para tratar de que ambas se unan bajo el paraguas de una marca común que sustituyera el apelativo municipal por el regional: Vinos de la Región de Murcia.

La comarca del Altiplano siempre se ha identificado por la elaboración de unos vinos de excelente calidad, que sirven de carta de presentación de ambos municipios en todo el mundo. Son dignos embajadores de la Región y tanto Jumilla como Yecla cuentan con una historia en común en el cultivo tradicional de la vid. Tienen los mismo orígenes, puesto que sus raíces históricas en el cultivo de la vid son milenarias, y datan de la época de la dominación fenicia y romana.

La plaga de la filoxera, que asoló los campos de vides en gran parte de Europa y, sobre todo, en Francia en la mitad del siglo XIX, hizo que se revitalizara con fuerza el cultivo de viñedos en esta zona del sureste español. El clima es común, prácticamente en todos los parajes del Altiplano: continental con inviernos fríos y veranos muy cálidos, lo que favorece este cultivo, sobre todo en la variedad por excelencia de esta zona y que tanto la identifican sus tintos, la monastrell.

Situación preautonómica

Desde siempre, miles de familias han cultivado con mimo los viñedos de esta tierra, para conseguir posteriormente elaborar unos excelentes vinos, en los que se ha sabido conjugar, con gran acierto, la tradición y las nuevas técnicas de elaboración, consiguiendo un producto que nada tiene que envidiar a los de otras zonas de la geografía española.

Viticultores y bodegueros de Jumilla entendieron pronto que tenían que conseguir un distintivo que diferenciara sus vinos, un órgano que regulase la calidad del producto y que tuviera como objetivo primordial su proyección nacional e internacional. Fue en el año 1966 cuando consiguieron crear la Denominación de Origen de los Vinos de Jumilla, constituyéndose en una de las más antiguas de España.

Era una época en la que no existían las autonomías y la provincia de Albacete era parte de la Región de Murcia. Quizás, para tener más fuerza en el mercado, unieron sus esfuerzos con seis municipios limítrofes al suyo, procedentes de Albacete -Montealegre del Castillo, Fuente Álamo, Ontur, Hellín, Albatana y Tobarra- que conjuntamente representan una D.O. que ampara a unas 35.000 hectáreas de viñedos. Yecla no conseguiría este distintivo hasta 1975. Su denominación de origen cuenta con algo más de 7.000 hectáreas de viñedos ubicadas en este municipio y con un total de 11 bodegas establecidas.

Las absurdas rivalidades de la época impidieron que naciese una Denominación de Origen solvente y fuerte en la Región, que amparase a los municipios de Yecla y Jumilla, habida cuenta de todas las similitudes que los viñedos del Altiplano tienen en común, lo que ahora algunos, tanto de un municipio como del otro lamentan: «Se perdió una oportunidad histórica de trabajar conjuntamente», es la opinión más repetida entre los afectados.

Pero, cuando se habla de viñedos en la Región, también hay que mirar a la zona del Noroeste, con la D.O. de Bullas, creada en 1994. Una zona que cuenta con 5.500 hectáreas en Bullas, Cehegín, Mula, Pliego y Ricote, así como parte de Calasparra, Caravaca, Moratalla y Lorca. Actualmente tiene 12 bodegas inscritas, y su futuro encaje en la posible nueva D.O. regional es difícil, ya que no tiene tantos puntos en común como Jumilla y Yecla. Sin embargo, podría coexistir sin problema con la denominación común surgida.

La sensatez que no se consiguió en su momento, de poder tener una Denominación de Origen única de Vinos de la Región de Murcia, surge ahora. Existe un proyecto en la Consejería de Agricultura de unir criterios entre los bodegueros y viticultores de la Comunidad murciana para crear un nuevo órgano que promocione conjuntamente los vinos de la Región. En torno a este proyecto han surgido distintas voces, y disparidad de criterios en cuanto a los objetivos que se tienen que marcar.

Casi todos, coinciden en que las tres D.O. de los Vinos Jumilla, Yecla y Bullas tienen que mantener su identidad propia, tal y como están concebidas actualmente y con la gran labor que sus Consejos Reguladores están efectuando en sus respectivas zonas de influencia. Pero también existen otras muchas voces que piensan que «la unión hace la fuerza y que todo lo que sirva para promocionar el vino de la Región de Murcia, encaminado a su comercialización y en la apertura de nuevos mercados, bienvenido sea».

El apoyo político e institucional es muy importante y las bodegas radicadas en territorio murciano, podrían acudir conjuntamente a eventos nacionales e internacionales a promocionarse bajo el paraguas de una nueva denominación de Vinos de la Región de Murcia. La condición en la que casi todos coinciden es que el marchamo de calidad de estos vinos que se puedan acoger a la nueva marca regional sea una cuestión prioritaria.

Los principales escollos con que se topa este empeño surgen del difícil encaje que tendrían en la nueva situación los municipios albaceteños de la D.O. de Jumilla, que podrían abandonarla para sumarse a las denominaciones de origen de La Mancha, Manchuela o Almansa. Y también de décadas de recelo entre dos municipios unidos por el vino.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios