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CARMEN ORTÍN
Lunes, 24 de marzo 2008, 09:11
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La población yeclana se echó ayer a la calle para acompañar a la procesión del Resucitado. En una mañana ventosa y con gélidas temperaturas (el termómetro apenas marcaba tres grados cuando se inició el desfile, poco después de las 10 horas, el recorrido del desfile estuvo abarrotado de público en esta procesión de la alegría.
Cerca del mediodía, en la plaza del concejal Sebastián Pérez, se produjo el tradicional Encuentro entre la imagen de Santa María de la Alegría, que se desprendió del manto negro del luto, y la nueva imagen del Resucitado, de José María Molina.
En ese mismo instante, y ante una gran expectación, se produjo la suelta del diablico, que hizo las delicias de niños y mayores. La figura del diablico estuvo sujeta, como es tradicional, por los populares Sanjuaneros, los egipcios de la banda de cornetas y tambores de la Cofradía de San Juan Apóstol. Finalizado este peculiar momento de la Semana Santa yeclana, la procesión del Resucitado se reorganizó para realizar su tradicional recorrido hasta la basílica de la Purísima, donde llegó a las 14 horas.
Durante el trayecto se repartieron cientos de kilos de caramelos junto con las aleluyas, en medio de la alegría de las marchas musicales y el colorido del desfile procesional.
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