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REGIÓN MURCIA

Las fuerzas de seguridad temen que pederastas y violadores británicos se estén instalando en Murcia

La Guardia Civil ha recibido en los últimos meses una docena de alertas de Interpol sobre agresores sexuales instalados en la costa mediterránea y Canarias

RICARDO FERNÁNDEZ

Miércoles, 9 de enero 2008, 09:06

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En su día nadie entendió que Tony Alexander King, el británico que acabó siendo condenado a 55 años de prisión por los asesinatos de Sonia Carabantes y Rocío Wanninkhof, hubiese podido instalar su residencia en Málaga sin que alguien hubiese alertado de su largo historial de agresiones sexuales en Inglaterra. Un simple aviso entre fuerzas de seguridad británicas y españolas quizás hubiese bastado para salvar las vidas de las chiquillas.

Ahora, después de tan estremecedor precedente, la coordinación a través de Interpol es máxima y permanente. Un hecho éste que ha provocado que en los últimos meses la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía hayan recibido una docena de alertas sobre pederastas y violadores británicos -a los que hay que sumar alguno procedente de Estados Unidos y también de países del Este de Europa-, de quienes se sospecha que se habrían asentado en la costa mediterránea y Canarias. Fuentes consultadas por La Verdad admiten que existe el temor a que alguno de estos depredadores sexuales pueda haberse instalado en la Región, y confirmaron que se está trabajando en toda España para intentar detectarlos y someterlos a un cierto control.

El miedo a que el territorio murciano sea un posible destino de estos delincuentes no es gratuito. Estas personas suelen aprovechar la presencia de importantes colonias de británicos para tratar de pasar desapercibidas, y resulta un hecho evidente que en la Región se ha disparado la presencia de británicos en los últimos años, sobre todo en la zona del Mar Menor y Mazarrón.

De otro lado, recientemente se ha conocido que un británico de 60 años, Michael Dugdale, buscado desde hace tres décadas por una treintena de agresiones sexuales y abusos a menores de edad, llevaba una placentera vida en la urbanización Camposol de Mazarrón. Un lugar, por cierto, que se ha convertido en uno de los grandes asentamientos británicos del sureste español.

Entre la documentación remitida a las autoridades españolas, parte de la cual está en poder de este periódico, Interpol alerta de la peligrosidad de estos individuos con frases como «potencialmente de alto riesgo», «es un peligro para menores de edad», «considerado de alto riesgo» o «está siendo controlado por funcionarios de policía de la unidad de inteligencia de agresores sexuales».

La mayor parte de los pederastas y agresores sexuales citados ya han cumplido condena en su país, lo cual no impide que las fuerzas de seguridad británicas les sigan sometiendo a vigilancia por su potencial peligrosidad.

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