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I. GURRUCHAGA
Martes, 11 de diciembre 2007, 01:21
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Sobre sus espaldas, algo ya doloridas, carga el peso de una treintena de condenas, todas ellas relacionadas con agresión o abuso sexual a menores. Michael Dugdale, británico de 60 años, tiene una cita pendiente con la justicia de su país por estos cargos. Sin embargo, a la espera de su juicio, este varón ve pasar los días bajo el sol de Murcia, a orillas de las playas de Mazarrón.
La Región, y más concretamente Cartagena, fue, precisamente, el escenario de la detención, en septiembre, de este presunto pederasta. Ésta se producía tras una auténtica persecución internacional que logró poner cara al supuesto artífice de seis violaciones y de abusos sexuales, incluido uno contra una niña de 12 años de edad, varios contra menores y otro contra una mujer embarazada. Una de sus víctimas acudió este año a la policía de la región de Lancashire y le identificó como el autor de un ataque.
Los cargos que se le imputan al británico se centran en una serie de delitos sexuales ocurridos entre 1976 y 1979 en la población de Penwortham, donde residía Dugdale. Tras la identificación, se dictó una orden de búsqueda y captura y las policías británica y española colaboraron en la localización del presunto pederasta, que vivía en España, concretamente en Mazarrón, desde hace cinco años.
Juzgado en Inglaterra
Tras su detención en Cartagena, las autoridades judiciales españolas cursaron la orden europea de arresto proveniente de la justicia británica. Inglaterra, su país natal, fue el destino que esperaba a Dudgale tras su detención. Sin embargo, no se mantendría en él por mucho tiempo. El juez Robert Brown, del Tribunal de la Corona en Preston, encargado del proceso abierto contra este varón, le concedió, a principios de este mes, la libertad bajo fianza, en una audiencia en la que no se permitió el acceso del público..
En primer momento, el hecho de que el acusado estuviera en libertad bajo fianza le impedía, como es habitual, atravesar las fronteras de su país. Sin embargo, el magistrado Brown tomo una nueva decisión que cambió esa clausula y que abría las aduanas al acusado inglés. El juez Brown decidió, en una vista cerrada al público, modificar las condiciones de la libertad provisional y permitir el regreso de Dugdale a su casa en Mazarrón, de donde tendrá que volver nuevamente para una vista pública que se celebrará en el próximo 21 de enero.
La escasa peligrosidad, que el magistrado británico debe de haber advertido en el acusado para dejar que éste prosiguiera con su vida hasta la fecha del proceso judicial, no parece ser compartida por todos los sectores de la sociedad. Sin duda, se trata de una decisión, que ha desatado la polémica y que apunta como la principal causante de que el presunto pederasta Dugdale campe ahora a sus anchas por estos lares.
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