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Cultura

La gran dama insomne

Espacio AV acoge la exposición 'La sage-femme' de Louise Bourgeois, obra sobre papel de una de las artistas más inclasificables e independientes del siglo XX

GONTZAL DÍEZ

Viernes, 23 de noviembre 2007, 01:41

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Distinguida, inclasificable, independiente y siempre en primera línea: infatigable. A los 71 años se convirtió en la primera mujer a la que el Museo de Arte Moderno de Nueva York dedicó una retrospectiva. Louise Bourgeois (París, 1911), la gran dama de la vanguardia, llega a Murcia, al Espacio Artes Visuales con La sage-femme, una reflexión sobre la memoria, el dolor, el cuerpo y la vulnerabilidad; un total de 44 grabados y dibujos realizados entre los años 1947 y 1999, pertenecientes a la Colección María Fluxà. La sage-femme (comadrona o mujer sabia) es un acercamiento al universo más intimo de Bourgeois, una artista con una larga y libre trayectoria. Allí hay mujeres en la cama, grupos de durmientes, pies con ojos, objetos domésticos, espirales («un intento de dominar el caos»), tacones y lágrimas. En la exposición destaca un dibujo de 1947 titulado Femme-maison (mujer-casa), una de sus obras más emblemáticas porque la obra de Bourgeois gira sobre el cuerpo femenino, sus resortes, su energía y su capacidad emocional de transformación.

Una de las primeras creadoras que han ido tejiendo su obra con los conceptos de identidad y autobiografía. Definida como «la mayor de los jóvenes artistas de la actualidad». Creadora de inmensas y escultóricas arañas (una de ellas se muestra en el exterior del Guggenheim de Bilbao). «El arte es el privilegio de acceder al inconsciente», escribe Louise Bourgeois. Las dos comisarias de la muestra, María de Lluch Fluxà y Dolors Caballero coincidieron ayer en definirla como «una mujer sabia». «Lo que me interesa fundamentalmente es aprender. Aprender es la experiencia más liberadora», son las palabras de una mujer de 96 años.

Estados de ánimo

Para el consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, se trata de «un cruce de caminos y una de las artistas que mejor sintetiza las tendencias y los estados de ánimo del arte contemporáneo de los últimos cincuenta años». «Su obra es una referencia de la preocupación por lo femenino, desde lo femenino», subrayó. «Esta exposición de obra gráfica permite comprender el carácter confidencial e íntimo de su obra transformada en un relato emocional. El dibujo permite comprender el arte en términos de escritura y apreciar mejor su concepto de diario», añadió Cruz. El consejero se permitió disentir con una de las piezas de Bourgeois en la que se puede leer El arte es garantía de cordura. «Si queremos cordura no entremos en el mundo del arte porque es el territorio donde la salud mental, quizá afortunadamente se borra; el arte es el espacio donde todos los prejuicios se borran».

Las dos comisarias se mostraron en desacuerdo con el consejero y apostaron por un arte capaz de servir de asidero para mantener la lucidez frente al mundo exterior y sus reveses.

Mujer compleja

Dolors Caballero explicó que está muestra, que necesita un recorrido lento, sirve para «sumergirse en el mundo de una mujer compleja aunque, en ocasiones, sus dibujos parezcan de una extrema simplicidad». «Bourgeois es una mujer que lleva su fama con una dignidad extraordinaria, una artista generosa y solidaria, dos cualidades muy difíciles de encontrar en el mundo del arte», recalcó.

María de Lluch Fluxà, propietaria de la colección La sage-femme, definió a Bourgeois como «una mujer capaz de saber jugar con su libertad y llevarla a los extremos. Vive en una sencilla casa de Nueva York y muestra su obra en la Tate de Londres sin que eso le afecte. Es insomne y la base de sus creaciones son las notas y los dibujos que prepara de noche. En esos dibujos está la raíz de su mundo emocional». También argumento el título de la colección La sage-femme y explicó que en uno de sus encuentros con la artista, ésta le enseño un libro sobre la comadrona de Luis XVI, que también se llamaba Louise Bourgeois. «Ella es mi comadrona intelectual y raíz de esta visita comencé esta colección y su amistad se convirtió en el mayor regalo que he recibido en mi vida. Es una mujer de gran claridad mental, quizá tenga poca paciencia, pero exige tanto como aporta. Siempre ha exorcizado sus miedos a través del arte. Yo fui educada para tener una casa en la cabeza y cuando vi su obra comprendí que había que romper con esa imposición», explicó, con voz emocionada, Fluxà.

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