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MUNDO

Polonia examina a los Kaczynski

La alianza liberal Plataforma Ciudadana era la favorita frente al partido en el poder, Ley y Justicia, en unas legislativas cuyos resultados se hicieron esperar

ENRIQUE MÜLLER

Lunes, 22 de octubre 2007, 03:17

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Unos treinta millones de polacos tenían ayer una importante cita con las urnas para votar en unas elecciones parlamentarias anticipadas, calificadas por los medios como un referéndum sobre la polémica gestión de los gemelos Lech y Jaroslaw Kaczynski, presidente y primer ministro, pero también catalogadas como las de mayor trascendencia desde la caída del régimen comunista en 1989.

Aunque al cierre de esta edición aún no se conocían los resultados de los comicios, la oposición liberal conservadora, agrupada en la llamada Plataforma Ciudadana y que lidera Donald Tusk, confiaba en ganar las legislativas teniendo en cuenta el signo favorable de las encuestas días antes de la jornada electoral.

La decisión ciudadana también amenazaba con acabar con la presencia en el Parlamento de los antiguos aliados del PIS en el poder, el populista Autodefensa y la ultraconservadora Liga de las Familias polacas. Los sondeos habían pronosticado que ambas formaciones no lograrían superar la barrera del 5% para poder estar representados en la Cámara legislativa.

Pero el posible desenlace fue anticipado por el propio Jaroslaw Kaczynski, cuando acudió a votar. «Tenemos que aceptar la voluntad de los votantes, eso es obvio y no nos enfadaremos con la gente. Aprenderemos las lecciones de esta campaña», dijo el primer ministro tras depositar su papeleta sin poder ocultar un aire pesimista

En cambio Tusk, animado por el éxito obtenido durante la campaña y con todas las encuestas a su favor, no puso en duda su triunfo cuando acudió al colegio electoral, en compañía de su esposa y de su hija. «Por supuesto que espero ganar, pero también sé perfectamente que no será fácil y que la batalla continúa hasta el último minuto», declaró.

El nuevo destino de Polonia comenzó a dibujarse a las seis de la mañana de ayer, momento fijado para la apertura de los colegios electorales. Durante catorce horas, los ciudadanos acudieron a las urnas para expresar su apoyo o rechazo a los famosos gemelos, cuya principal virtud en los dos años de gobierno ha sido rodearse de enemigos.

Con una rara habilidad para buscar problemas, los Kaczynski se han enemistado con Alemania, con Rusia, con la mayoría de las capitales europeas, con la comunidad homosexual polaca, con los medios y también con la gran empresa. «Ellos representan un peligro para la democracia, porque siempre están buscando vengarse de alguien o de algo», admitió el senador Stefan Niesiolowski, poco después de depositar su voto en Varsovia.

Pero en las elecciones parlamentarias también estaban en juego dos visiones diferentes sobre la política exterior de Polonia. Donald Tusk ha prometido retirar los soldados de Irak, revisar el acuerdo con Washington sobre la instalación del polémico escudo antimisiles y recomponer las relaciones con el resto de sus socios comunitarios.

La convocatoria de elecciones anticipadas se decidió el 7 de septiembre, tras la disolución del Parlamento. Pero lo que parecía una jugada maestra del partido Ley y Justicia se volvió en su contra, cuando los dos principales candidatos se enfrentaron en un debate de televisión, el pasado lunes.

Casi toda la prensa polaca dio como ganador al aspirante de la Plataforma Ciudadana. «Tusk venció con estilo. Logró arrebatar con habilidad los puntos a su rival y planteó más argumentos en los temas claves», recogía el periódico 'Gazeta Wyborcza'. «Durante la mayor parte del debate, mantuvo la iniciativa y no permitió al primer ministro salir del rincón en el que le tenía acorralado», añadía.La primera encuesta dada a conocer después del duelo otorgaba ocho puntos de ventaja a Plataforma Ciudadana, diferencia que mantuvo, con variaciones hasta el final. Curiosamente, fue la división en el seno de la coalición la que provocó la convocatoria de los comicios anticipados, dos años antes del fin regular de la legislatura.

Con minoría en el Parlamento, Jaroslaw Kaczynski apoyó la disolución con la esperanza de volver a ganar las elecciones gracias a su programa de lucha contra la corrupción y su deseo de eliminar los últimos vestigios del comunismo en Polonia.

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