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Barnaby Joyce. Reuters
Castidad en el Gobierno de Australia

Castidad en el Gobierno de Australia

El primer ministro del país oceánico prohíbe a los miembros del Gabinete tener relaciones sexuales con sus subordinados

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Jueves, 15 de febrero 2018, 11:51

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Barnaby Joyce se ha convertido en un dolor de cabeza incesante para Malcolm Turnbull y en el personaje más popular de Australia. No hay bar, restaurante o tertulia donde no salga su nombre. Y es que no lleva unos meses muy brillantes. Los dos protagonistas son los máximos responsables del Gobierno oceánico: Joyce es líder del Partido Nacional y viceprimer ministro; Turnbull es el primer ministro y líder del Partido Liberal. Hace dos años ganó las elecciones y se apoyó en sus aliados tradicionales -el Partido Nacional- para formar un gobierno conservador.

Todo iba más o menos bien hasta que Joyce le provocó la primera jaqueca a su jefe. El Tribunal Supremo de Australia le prohibió ocupar un cargo público porque tenía doble nacionalidad. Así que el viceprimer ministro tuvo que renunciar -al igual que otros cuatro senadores- y presentarse a unas nuevas elecciones en su distrito para que la coalición mantuviera la mayoría de un solo diputado. Pero este no iba a ser el gran problema con Joyce. El jaquecón vino la semana pasada, cuando la prensa australiana publicó unas fotos de la novia de Joyce, Vikki Campion, embarazada. La mujer y las cuatro hijas del político, de 50 años, se quedaron patidifusas. El niño nacerá en abril. Y, además, Campion, de 33 años, es la exasesora de prensa del viceprimer ministro. Todo un culebrón.

Turnbull, harto de la situación, tomó dos decisiones. La primera fue darle vacaciones a su segundo durante la semana próxima. Así evitaba que fuera primer ministro en funciones, ya que él visita a Estados Unidos. La segunda fue mucho más tajante: prohibió a todos los miembros de su Gabinete mantener relaciones sentimentales con sus subordinados. «Barnaby cometió un error de apreciación inconveniente manteniendo una relación con una joven que trabajaba en su oficina», dijo el político australiano en una inusual rueda de prensa. «Los ministros, sin importar si son casados o solteros, no pueden mantener relaciones sexuales con el personal. Hacerlo constituirá una violación a las normas», apuntó el primer ministro, que aseguró que no quiere «predicar moral». «Pero es inaceptable en 2018 que los ministros tengan relaciones sexuales con alguien que trabaja para él», añadió en Camberra.

Además, aseguró Turnbull que Joyce había causado «sufrimiento y una humillación extrema» a su mujer Natalie, de la que se separó el año pasado y a la que pidió disculpas de forma pública. Para aumentar el enredo, voces del propio Partido Nacional le han pedido a Joyce que dimita, al igual que la oposición. Y además, el viceprimer ministro se declara católico practicante y se mostró a favor de los valores familiares tradicionales en el debate que se produjo en Australia sobre la aprobación del matrimonio homosexual. A Joyce le queda el 'consuelo' de que no ha roto la nueva norma de su jefe. Campion ya no trabajaba para él cuando comenzó el romance.

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