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Dilma Rousseff.
La acusación cree probados los cargos contra Rousseff y exige su destitución

La acusación cree probados los cargos contra Rousseff y exige su destitución

La defensa dice que la mandataria es "víctima" de una "elite política y económica"

EFE

Martes, 30 de agosto 2016, 15:46

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La abogada Janaina Paschoal, que representa a la parte acusadora en el juicio político contra la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha considerado hoy "probados" los cargos contra la gobernante y ha exigido al Senado su destitución.

"El fraude está comprobado" y "los senadores no pueden votar al margen de esa realidad", ha declarado Paschoal ante el pleno de la Cámara Alta durante la audiencia previa a la decisión prevista para mañana, en la que quedará sellada la suerte de Rousseff.

La presidenta, suspendida de sus funciones desde que se abrió el proceso, el pasado 12 de mayo, está acusada de haber emitido tres decretos que alteraron los presupuestos sin la venia del Congreso y de atrasos en depósitos en la banca pública que generaron costosos intereses y se configuraron como créditos.

Según Paschoal, las declaraciones de los testigos escuchados, las "voluminosas pruebas" presentadas por la acusación y los propios balances del Estado, en los que ha sostenido que se reflejan "todas" las irregularidades, "comprueban el fraude fiscal" en que supuestamente incurrió el Gobierno de Rousseff. "He escuchado reiteradamente que la presidenta es honesta", pero "no es honesto cometer un fraude" con las cuentas públicas, que "en realidad representan el dinero de todos los brasileños y no de un Gobierno", ha declarado.

Según Paschoal, decidió promover el proceso contra Rousseff "no como acusadora, sino como defensora de Brasil", pues entendió que "era necesario hacer algo por el país" y "luchar por recuperar la seriedad, la transparencia y la decencia en la gestión"

También ha respondido con vehemencia la tesis del "golpe" esgrimida por Rousseff y su defensa para descalificar al proceso. "Nada ha sido hecho fuera de la legalidad. Es un proceso que es del pueblo, de cada uno de los brasileños que se manifestó" en las calles contra Rousseff, ha indicado en alusión a las multitudinarias protestas que ocurrieron durante el año pasado, en las que llegaron a participar casi cuatro millones de personas.

En su intervención, también ha dirigido unas palabras "personales" a la presidenta, suspendida de sus funciones desde el 12 de mayo y sustituida desde esa fecha por su entonces vicepresidente, Michel Temer, quien seguirá en el poder si se llega a la destitución. "Quiero pedirle disculpas a la presidenta. No por hacer lo que hice, sino porque sé que su situación no es fácil. Pido disculpas porque mi objetivo no era causarle sufrimiento, pero espero que ella comprenda que este proceso es también pensando en sus nietos", ha señalado con lágrimas en los ojos la abogada de la acusación.

"Víctima" de una "elite política y económica"

Por su parte, el abogado José Eduardo Cardozo, que defiende a Rousseff, ha señalado que la gobernante "es víctima de una elite política y económica". Cardozo ha vuelto a rechazar todos los cargos, que ha calificado de "meros pretextos" para "desalojar a una persona honesta que incomoda a la elite" política y económica del país.

En un encendido discurso, Cardozo ha sostenido que las acusaciones "son tan técnicas, tan sofisticadas y tan confusas, que la enorme mayoría de los brasileños no entiende de qué la acusan", y ha apuntado que Rousseff es "víctima de una conspiración" que comenzó en octubre de 2014, cuando fue reelegida para un segundo mandato. "Fue acusada porque ganó una elección afrontando los intereses de aquellos poderosos que querían cambiar el rumbo de Brasil" y porque "facilitó las investigaciones sobre corrupción", ha afirmado el abogado. Según Cardozo, los "derrotados de 2014 se confabularon" con los sectores económicos y entonces "decidieron destituir" a "una mujer incómoda" construyendo "la tesis de una irregularidades que no son, que no existen y que no han sido probadas".

Así como hizo la propia Rousseff este lunes, cuando compareció personalmente para presentar sus alegatos, Cardozo ha afirmado que el país estará frente a un "golpe de Estado" si la gobernante es finalmente destituida. "Los golpes no se hacen ya con armas. Como ya no se puede llamar a los tanques, entonces se usan pretextos jurídicos, irrelevantes", para "desalojar a los presidentes elegidos en las urnas", ha manifestado.

También ha dicho que muchos acusados de corrupción "tienen interés" en la destitución de la presidenta y ha afirmado, en medio de protestas de algunos senadores, que "si hay una persona honesta en el sistema político brasileño, corrompido hasta la médula, es Dilma Rousseff".

Cardozo ha finalizado con emoción su alegato y ha dicho: "Pido a Dios que si ella fuera condenada, un día un ministro de Justicia le pida disculpas. A ella, si estuviera viva, o a sus nietos, si ya hubiera fallecido. Pero que sea, para que la Historia honre a esta mujer".

Última oportunidad

El debate representa la última oportunidad que tanto defensa como acusación tendrán para intentar convencer de sus argumentos al pleno del Senado, constituido en tribunal. A partir de ese momento, cada uno de los 81 senadores podrá tomar la palabra durante un espacio de diez minutos, por lo que si todos decidieran intervenir y se cumplen los tiempos, esa etapa consumirá unas catorce horas. Hasta el momento, según informó el Senado, se habían inscrito 65 oradores, pero la lista de intervenciones permanecerá abierta, por lo que ese número puede aumentar o disminuir en las próximas horas. Cuando concluyan los pronunciamientos, la audiencia se suspenderá hasta mañana, cuando el Senado se reunirá para el capítulo final de este proceso que se arrastra desde diciembre pasado.

Antes de la votación, el presidente del Supremo hará una pregunta al Senado: "¿Cometió la acusada, señora Presidenta de la República, Dilma Vanna Rousseff, los delitos de responsabilidad correspondientes a la contratación de créditos en instituciones financieras controladas por el Estado y la apertura de créditos sin autorización del Congreso Nacional que le son imputados y debe por eso ser condenada con la pérdida de su cargo y sus derechos políticos por ocho años?".

A continuación, dos senadores inclinados a condenar a Rousseff y otros dos que se opongan a su destitución tendrán cada uno cinco minutos para exponer sus alegatos y finalmente se procederá a la votación, por medio de un sistema electrónico.

Para que Rousseff sea desalojada de la Presidencia será necesario que lo apruebe una mayoría calificada de 54 votos, que equivalen a dos tercios de los escaños. El resultado se conocerá de inmediato y, una vez proclamado por el presidente del Supremo, Rousseff estará fuera del poder o, por el contrario, si fuera absuelta, recuperaría el cargo y relegaría otra vez a la Vicepresidencia a Temer. Entre ambos existe desde fines del año pasado una enemistad clara y manifiesta, al punto de que Rousseff califica públicamente a Temer de "golpista" y "conspirador", adjetivos que utilizó con frecuencia ayer lunes, cuando presentó ante el Senado sus alegatos finales.

Aunque aún no ha sido confirmado oficialmente, se prevé que, si Temer es confirmado en la Presidencia, mañana se celebrará una breve ceremonia de toma de posesión en el Congreso, tras la cual partiría hacia China para asistir a la Cumbre del G-20, ya como jefe de Estado efectivo de Brasil. Rousseff, por su parte, deberá dejar definitivamente el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia, en la que permaneció atrincherada desde que fue suspendida de sus funciones, el pasado 12 de mayo.

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