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'Souvenir' del Muro.
Puedes tener un trozo de Muro en tu casa

Puedes tener un trozo de Muro en tu casa

Un fragmento de la pared de hormigón más famosa del mundo es el ‘souvenir’ más deseado, aunque su autenticidad pueda estar en duda

JOSÉ MANUEL ANDRÉS

Miércoles, 5 de noviembre 2014, 17:02

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Ningún souvenir resulta más representativo de la ciudad de Berlín que un fragmento de su célebre muro. Si la capital alemana es tan famosa se debe en gran parte a ese cinturón de hormigón que la dividió en dos durante 28 largos años, desde 1961 hasta el 9 de noviembre 1989. Los fragmentos que se venden en establecimientos de recuerdos de toda la ciudad levantan entre muchos turistas escépticos algunas sospechas. ¿Son realmente trozos del muro o son trozos de cualquier otra pared ordinaria?

Muchos fragmentos, que se venden en un envoltorio acrílico o plástico, están numerados y poseen una certificación de origen, por lo general, distintivos de colores utilizados para su comercialización. El Muro de Berlín se extendía a lo largo de 169 kilómetros de longitud y un bloque se vende hoy en el mercado por la nada desdeñable suma de 3.000 euros, por lo que, si nada cambia, hay negocio para rato.

En Berlín se mantienen hoy en día escasas secciones originales del muro, pero éste sobrevive como recuerdo ineludible para cualquier turista que visita la hermosa ciudad. Llaveros, imanes y postales incluyen pequeños fragmentos y una tienda situada al lado del antiguo paso fronterizo Checkpoint Charlie vende recuerdos a partir de 4,90 euros. Esta es la más conocida pero ni mucho menos la única tienda berlinesa en la que se pueden adquirir restos del muro.

Actualmente, alrededor del 90% de los fragmentos que se comercializan en distintos establecimientos turísticos de la capital germana pertenecen a Volker Pawlowski, todo un visionario que en 1991 adquirió unos 150 metros del Muro de Berlín, divididos en bloques de 3,50 metros de alto, 1,20 metros de ancho y alrededor de tres toneladas de peso. Una ingente cantidad de hormigón que le ha otorgado pingües beneficios a Pawloski, que entonces era trabajador de la construcción y conocía perfectamente la dirección de los depósitos que albergaban los restos del muro.

Entre 1989 y 1990 dos empresas de la antigua RDA, Limex y Lélé Berlín, habían subastado los bloques del muro con éxito. Pawlowski, hombre observador, advirtió la oportunidad de negocio y hoy, 25 años después, vende unos 100.000 trocitos de muro cada año en Berlín a precios que oscilan entre 2.99 y 5 euros. La intensa demanda ha convencido a este exobrero germano-oriental para ampliar su oferta, que ahora incluye en su catálogo camisetas, tarjetas postales y otros recuerdos, que lucen minúsculos fragmentos de la pared de hormigón más conocida del mundo. Por todo ello, si deciden viajar a Berlín y adquirir un pedacito del muro, es muy probable que ese recuerdo proceda de la colección de Pawlowski.

No obstante, ya no es necesario viajar a la capital alemana para presumir de un pedazo de historia en casa. En distintos portales de Internet se ofrecen estos pequeños y grandes retazos de historia a precios sumamente dispares, en función de su tamaño y la inclusión de alguno de los famosos graffitis que decoraban el símbolo del Telón de Acero que dividió Europa entera durante décadas.

Wieland Giebel, director de la editorial Berlín Story, ha sido el último en sumarse a este negocio histórico y, tras hallar un fragmento del muro en perfecto estado en un patio interior de la capital germana, adquirió la parcela y ofrece vía Internet segmentos de tres metros y medio de alto por algo más de un metro de ancho al precio de 7.000 euros la pieza. Toda una oportunidad de ostentar un pedazo de historia en casa, siempre que se disponga de medios y sobre todo, de espacio.

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